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Se apaga la voz de Pepe Mediavilla

Pepe Mediavilla - Vía edelweiza.com

Seguro que me has oído mil veces, incluso sin darte cuenta de que soy yo”. Así comenzaba Pepe Mediavilla la narración de su relato en el evento El Poder de la Voz en 2015. Ayer, 19 de abril de 2018, a la edad de setenta y siete años, el famoso actor de doblaje fallecía tras una larga enfermedad del corazón.

Comenzó a doblar alrededor de los veinte años, en los inicios de los años sesenta, pero no fue hasta 1991, en La fuerza de Uno, cuando dobló por primera vez a Morgan Freeman. Empezó entonces una simbiosis entre ambos y Mediavilla lo acompañó a lo largo de 54 películas, entre las que se encuentran Cadena Perpetua, Se7en, o Million Dollar Baby.

Cartel de una charla de Pepe Mediavilla en la Biblioteca Municipal de Murcia – Vía Blog Biblioteca Regional

Siguió acumulando galones y a ser un actor de doblaje bastante reconocido, ya que aparte de a Freeman, dobló a Spock (Leonard Nimoy) en la popular serie Star Trek. Pero su consagración se produjo con la trilogía de El señor de los anillos, a principios de siglo. En ella prestó su voz al mago Gandalf, interpretado por Ian McKellen, y de sus labios salieron frases tan célebres como “No os diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas” o el ya mítico “¡¡No puedes pasar!!”.

Tal es la vida de un actor de doblaje que, mientras McKellen y Freeman recogían premios por sus actuaciones, Mediavilla, su sombra en español, se camuflaba detrás del atril sin ningún reconocimiento, paseando por la calle sin que nadie le parara a tomarse una foto con él, “[el actor] es la estrella y yo soy la voz”, decía en el documental Voces en Imágenes. “De todas las profesiones que yo conozco [el doblaje] es la que está menos valorada”, confesaba.

En efecto, el trabajo de un actor de doblaje es muy paradójico: puede parecer que, al participar en la postproducción de películas, todo el mundo debería conocerle. Sin embargo, él se dedica a pasar lo más desapercibido posible para que apenas se note que la voz está doblada, y se parezca lo más posible a la original, por lo que es normal que no se les reconozca. Así, nosotros crecemos viendo cine sin saber que Nicole Kidman (Nuria Mediavilla, su hija) es de Barcelona y Bruce Willis (Ramón Langa) de Madrid.

Pepe Mediavilla – Foto de Isabel Mestre

Pero muchas veces, una voz es tan característica que es casi imposible no darse cuenta de quién es el actor que está detrás. Pepe Mediavilla era uno de los más reconocibles.  Su vida profesional ha estado llena de grandes películas que le han afirmado como una de las voces más emblemáticas del doblaje. Para un español, Dios tiene la voz de Mediavilla: “Yo soy Él. El creador del Cielo y de la Tierra, el alfa y la omega. Bruce, soy Dios”, le decía a Jim Carrey (Luis Posada) en la película Como Dios. Y aunque muy poca gente le reconocería cara a cara, si cerraran los ojos y le dejaran hablar, todo el mundo creería haber llegado al Más Allá.


El final de su vida fue muy poco afortunado. Se vio apartado de los atriles por una enfermedad del corazón, y se dedicó a subir narraciones de poesías a su humilde canal de YouTube. Su estado de salud no le permitía tener mucha actividad, pero se contentaba con recibir el cariño de sus seguidores por redes sociales. Y ayer, día en que se conoció la noticia de su muerte, se vio que, por mucho que los actores de doblaje no sean muy populares, miles de voces han hablado para recordarle y reconocer su trabajo.

«Cuando yo me haya ido, seguiré contigo, formando parte de ti, porque este es el verdadero poder de la voz«. Así se despedía Pepe Mediavilla de un evento, y creo que no hay forma mejor de recordarle. Su voz no se ha ido, se ha apagado hasta que volvamos a escucharla en alguna de sus películas. Simplemente se ha ido para que Dios pueda volver a hablar. Descansa en paz, y gracias.

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