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Tenemos que hablar de Millie

La actriz Millie Bobby Brown aparentado 24 años en la Premiere de "Stranger Things" | © Rex Shutterstock

A no ser que usted viva debajo de una piedra (o que no tenga Twitter, que a estas alturas de la sociedad es prácticamente lo mismo), seguramente esté enterado de que Netflix ha estrenado la segunda temporada de su serie Stranger Things, cuya primera temporada supuso el verano pasado uno de los mayores éxitos de la ya de por sí exitosa empresa.

Explotando un guion ingenioso, una Winona Ryder pasada de Vicodina y la nostalgia ochentera canalizada a través de un sector de peluquería especialmente inspirado y gafas anormalmente grandes, Stranger Things llegó a ser vista por ocho millones de personas en apenas dos semanas. Un éxito que nadie vio venir y que, de manera inevitable, también salpicó a su reparto, formado por cinco jóvenes cuyos apellidos utilizan todas las letras del abecedario de manera aleatoria por lo menos dos veces: Noah Schnapp, Caleb McLaughlin, Gaten Matarazzo, Finn Wolfhard y Millie Bobby Brown, la única chica del reparto protagonista y la única destinada a convertirse en una estrella desde el momento en el que Eleven aparece por primera vez en pantalla.

Por eso, a no ser que usted siga viviendo debajo de una piedra, seguro que también ha leído alguna crítica o comentario sobre el tratamiento de la joven actriz en los medios, especialmente ahora que Millie se encuentra sujeta a un lógico interés mediático por el estreno de la serie. Sin embargo, es todavía más probable que esos comentarios se hayan dado a raíz de un bulo que corrió en Twitter hace unos días, según el cual la publicación estadounidense W Magazine habría escogido a Millie Bobby Brown como una de las actrices más sexys de la televisión. Una polémica que solo ha surgido en España, porque somos los únicos que hemos traducido mal la palabra “sexy”. O, mejor dicho, los únicos que la hemos traducido como nos ha dado la gana.

Sexy tiene más acepciones que la referida a la apariencia física, ya que también puede interpretarse como “interesante” o “atractivo” y referirse a las matemáticas, al brócoli o al estudio de derecho mercantil. Esto, aparte de demostrar que quizá Twitter debería plantearse el sacarse un B2 o terminar de leer los artículos, ha despertado un debate sobre la relación de la actriz y la prensa en el que todo el mundo tiene una opinión que no ha dudado compartir en las redes sociales, seguramente en contra de que la prensa trate a Millie Bobby Brown como si fuese una adulta.

Sin embargo, este debate, que ha disfrutado de una notable participación de la tecla “bloq mayúsc”, ha optado por ignorar que hay una voz con mucho más poder y autoridad en el tema. Una voz que todo el mundo prefiere pensar que no existe, o lo que es todavía peor (y quizá la causa de toda esta polémica) directamente no sabe que existe: la de la propia Millie.

Milli Bobby Brown Eleven Stranger Things
Milli Bobby Brown marcando un antes y un después en «Stranger Things | Daily Mirror (© Netflix)

En teoría, no tiene demasiado sentido considerar el trato a una niña de trece años como si fuese una adulta, pero todo aquel que decida tratar a la actriz como lo que objetivamente es de forma categórica lo hace porque no la ha escuchado hablar. Porque Millie Bobby Brown es una niña de trece años, pero es una niña de trece años con las ideas bastante claras.

A finales de julio de 2016, Millie ofreció una entrevista para E! Entertainment junto a Winona Ryder que condensa perfectamente lo que representa no solo como actriz, sino también como persona. Mientras Winona trata de balbucear respuestas («respuestas») en forma de frases inacabadas a preguntas que debe de llevar veinte años contestando (“¿Hay algún personaje por el que te reconozcan especialmente?”), Millie se dedica a escuchar atentamente y ofrecer unas respuestas elaboradas y desarrolladas de manera perfectamente lógica, que incluso acompaña con una gesticulación muy pertinente. Siempre responde la primera a las preguntas dirigidas a ambas, matiza las cuestionables intervenciones de Winona e incluso finge reírse de sus chistes (“chistes”).

En menos de tres minutos, la actriz demuestra una fluidez en la entrevista que a otras profesionales del mismo campo les ha costado una carrera entera dominar. Millie desprende la confianza y carisma que en años anteriores le ha dado un Oscar a Emma Stone, Brie Larson o Alicia Vikander, e incluso una carrera a otras tantas que no tenían un talento sobre el que apoyarlas (Millie, por supuesto, se encuentra entre las tres primeras). La elocuencia y tranquilidad a la hora de responder preguntas probablemente hubiera dejado temblando a Michelle Obama, pero tampoco tenemos porqué sorprendernos. La actriz nunca ha dejado intuir que deberíamos esperar lo contrario.

Stranger Things SAG Awards
El reparto de «Stranger Things» tras ganar el SAG Award. Adivinad quien sale en el centro | Jordan Strauss/Invision/AP

Desde el comienzo de su carrera, Millie Bobby Brown ha dejado muy claro que ella no ha venido a Hollywood a hacer amigos. Ella ha venido aquí a trabajar, y lo ha demostrado con cada paso de su trayectoria. Por decirlo de alguna manera, Millie ha venido aquí a hablar de su libro:

Nació en Marbella, que aunque no tiene ninguna relevancia en esta historia, nos permite barrer un poco para casa. Con ocho años se mudó desde Reino Unido hasta Orlando (Florida) para buscar trabajo como actriz. Tardó un año en conseguir su primer papel y solo tres en conseguir el estrellato con Stranger Things. Se afeitó la cabeza sin dudarlo para el papel de Eleven porque quería demostrar a los hermanos Duffer (creadores de la serie) lo comprometida que estaba con el personaje.

En enero de 2017 se convirtió por contrato en imagen de Calvin Klein. Menos de una semana después firmó por su primera película. Al día siguiente ganó un SAG Award como parte del reparto de Stranger Things en una gala en la que estaba nominada como actriz de televisión. Dos meses más tarde ganó un MTV Movie & TV Award y para mayo ya era la nominada al Emmy Millie Bobby Brown. Y, aun así mucha gente insiste en considerarla simplemente una niña.

Milli Bobby Brown Golden Globes
Millie Bobby Brown posó sola por primera en los Globos de Oro de 2016. Nunca más volvió a posar con sus compañeros de reparto | The Hollywood Report  (© Getty)

Ser considerada una estrella infantil en Hollywood Hollywood conlleva convertirse para la prensa, y por extensión para el público, en el equivalente humano a un video de Facebook con gatitos jugando con un ovillo de lana. Automáticamente, tu figura se ve asociada a una actitud paternalista y condescendiente que te puede hundir la carrera primero y la vida después. Te convierte en un chiste a través del cual solo puedes aspirar a ser adorable, y cuando dejas de serlo, la industria te deshecha a la espera de otra estrella infantil que tenga el brillo en los ojos que tú acabas de perder. Y si no que se lo pregunten a Haley Joel Osment, Macauly Culkin o Lindsay Lohan.

Pocas personas han sobrevivido a la etiqueta de «estrella infantil» como para continuar con una carrera como un intérprete respetado, Leonardo DiCaprio, Kirsten Dunst o Michelle Williams entre ellas, pero ninguna se enfrentó a la fama y al furor social que ha envuelto al reparto de Stranger Things y en especial a la propia Millie.

La verdadera estrellade la segunda temporada de «Stranger Things»: Millie Bobby Brown | Collider (© Netflix)

Ella tiene muy claro el peligro de este fenómeno, y está en su pleno derecho de querer evitarlo. Y la única manera de hacerlo es exactamente a través de la estrategia que ella está siguiendo: convencernos de que no es una niña. Lo cual resulta irónico, porque no hace falta escucharla más de cinco minutos para saber que Millie Bobby Brown trasciende los cánones de una niña en la industria del entretenimiento por cuatro décadas de madurez mental (como poco).

¿Significa esto que la industria y el público deberían tratar a Millie Bobby Brown de la misma forma en la que tratan a Cate Blanchett? Por supuesto que no. No seamos ridículos. Cate Blanchett lleva treinta años trabajando y Millie Bobby Brown lleva en la industria prácticamente veinte minutos. Y el diablo sabe más por viejo que por diablo. Aunque  Millie no deje de ser una adolescente, eso no quita para que no la tratemos con el mismo respeto que a Blanchett, porque no nos ha dado ninguna muestra de que podamos hacer lo contrario.

Cuando la gente ponga el grito en el cielo para reivindicar que Millie Bobby Brown es “solo una niña”, deberíamos tener presente que al mismo tiempo se trata de una actriz que intenta ganarse el respeto de una industria que busca reducirla de manera sistemática a un chiste, a un cliché ansioso de que crezca para poderla convertirla en carne de las galerías de “¿Qué paso con el reparto de Stranger Things?”. Millie Bobby Brown puede parecer una niña, pero ella es mucho más, y  quizá deberíamos empezar a escucharla. No es porque no se lo haya ganado.

Aitor Salinas
"La cultura popular es la política del Siglo XXI", Gale Weathers. Reportera intrépida. Leyenda del periodismo.

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