[Con colaboración de Maria Luisa Calvo Monedero]
Cristosaurio, Aizu! y Hammond York mantuvieron a toda la sala bailando durante más de 4 horas.
La noche del 31 de octubre este año prometía mucho, pero nadie se esperaba que el listón se quedara tan alto. Esta tercera edición del Skalloween, el mini festival que lleva el nombre de un tema de los genios del ska por excelencia, The Skatalites, reunió alrededor de 250 personas en una pequeña -pero mítica- sala de la capital, la Gruta 77.
Los primeros en subirse al escenario fueron Cristosaurio, que nos dieron una amarga noticia: se retiran de manera indefinida, pero dejan la puerta entreabierta para regresar a mediados del año que viene. Para despedirse por todo lo alto, quisieron que este concierto se quedara grabado en nuestra memoria. A su manera. Salieron disfrazados de La banda del patio, incluyendo en su intro algunas partes de la famosa canción de esta serie de los años 90 con la que hemos crecido muchas y muchos. Empezaron muy cañeros con Que nos queda y Soñaremos, para dar paso a uno de sus famosos mixes de canciones que todo el mundo se sabe y ha tarareado muchas veces (aunque haya todavía personas vergonzosas que no lo reconozcan). Dónde está Paula fue la elegida para cerrar este ciclo. Tenían un papel bastante difícil por ser los primeros y consiguieron dejarnos con ganas de más. Esperamos veros de vuelta pronto.
El show acababa de comenzar. Los siguientes en aparecer en escena fueron Aizu!, un grupo que nos sorprendió en muchos aspectos. Es la primera vez -y hemos ido a muchísimos conciertos- que vemos algo parecido. Al principio, estábamos al final de la sala y no veíamos de dónde salía la voz que escuchábamos. Tuvimos que situarnos a un lado y acercarnos más para conocer a su dueño. La sorpresa fue increíble. El batería es el vocalista. Su trombonista fue la única presencia femenina que pasó esa noche por el escenario. Es una pena que las mujeres sigamos en un segundo plano en la esfera musical, así que enhorabuena, mostoleña y mostoleños.
Aizu! son un tributo a Kortatu y se tocaron todas las antiguas, las buenas: Mierda de ciudad, El último ska, Sarri Sarri o Zu Atrapatu Arte. Vamos, las y los amantes de este género estábamos disfrutando como nunca. Sobre todo las y los más jóvenes, que no hemos llegado a escuchar estos grandes clásicos en directo de la mano de sus creadores. Ya solo quedaba uno, la noche se estaba acabando.
De poner punto y final se encargó Hammond York, originarios de Villaverde Alto (Madrid), que nos hicieron mover el esqueleto a ritmo de ska – reggae hasta altas horas de la madrugada. Además, tienen canciones que pasan 
por otros estilos musicales, como el jazz y el ska jamaicano, que nos recordó totalmente a otro conocidísimo grupo. Sí, a The Skatalites. Por cierto, podrás verlos tocar juntos el 21 de noviembre, en la sala But. Nosotras intentaremos no perdérnoslo, tiene una pinta estupenda.
Durante el concierto, iban lanzando copias de su disco. Bonita manera de ganarse a un público que no quería irse a casa. Sin duda, dos momentos mágicos de la actuación fueron las interpretaciones de las bandas sonoras de dos grandes películas, El Padrino y La vida es bella, ambas llevadas a su terreno, en el que se desenvuelven de maravilla. Entre sus instrumentos, destacaban los vientos como el saxofón, el trombón y la trompeta.
Cerca de las 4 de la madrugada, finalizaba esta edición del Skalloween. Era la primera vez que íbamos y nos hemos quedado con ganas de repetir muchos más años. Quién diría que un miércoles tendría sabor a fin de semana.
