Festival de Cine de San Sebastián: Three Billboards Outside Ebbing, Missouri
Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, también conocida en el entorno del Festival como “Three Billboards nosequé, la de Frances McDormand esa que ha ganado en Toronto”, cuenta la historia de Mildread Hayes (Frances McDormand), una madre desesperada que, siete meses después de la brutal violación y asesinato de su hija, decide instalar tres vallas publicitarias a las afueras de su ciudad acusando a la policía local de incompetentes por no avanzar con la investigación. Esto genera un clima de turbia hostilidad en Ebbing, Misouri, una ciudad con un ambiente prejuicioso y violento como solo encontramos en el sur estadounidense. Y Three Billboards Outside Ebbing, Missouri va a ganar el Globo de Oro a la Mejor Comedia/Musical.
Después de sorprender a todos ganando el Premio del Público en el Festival de Cine de Toronto por encima de títulos mucho más previsiblemente family-friendly como The Shape of Water, I, Tonya o la que se esperaba ganadora Call Me By Your Name, esta comedia negra dirigida y escrita por Martin MacDonagh (Escondidos en Brujas, Siete Psicópatas) acabó ganándose también al público donostiarra, que se unió a Toronto al entregarle el Premio del Público. Esto suponía la confirmación de que la película no solo funciona entre el público norteamericano y demostrando que a la gente le gusta mucho más reírse de los problemas de la sociedad que enfrentarse a ellos.
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Esta improbable comedia funciona como una extensión del cine de los hermanos Cohen donde el humor le hace gracia a alguien aparte de a ellos mismos. Como una especie de Fargo, donde en vez de apostar por situaciones que rocen el absurdo pintadas de verosímiles, se explotan conflictos vigentes en la actualidad o tensiones familiares. Esto supone un lugar común mucho más identificable, y el guion sabe aprovecharlo, porque la película es tremendamente graciosa debido en gran parte a eso. Todos podemos reírnos de una familia discutiendo a través de ironías porque somos capaces de entenderlo, pero películas como Fargo, que tienen esa atmósfera Coeniana que también vemos en esta película, utilizan un humor tan particular que le cierran la puerta a gran parte del público.
Sin embargo, si una apuesta con una premisa como esa funciona como conjunto de manera tan efectiva no es solo porque le haga gracia a mucha gente. Es porque MacDonagh no se queda con la comedia, sino que sabe llevar la historia mucho más allá.
El director ha construido el mejor guion de su carrera y uno de los mejores guiones del año. Afilado e inteligente, MacDonagh combina la violencia con el humor aplicándole un fondo emocional construido con la misma finura con la que mezcla los elementos anteriores. El relato se desarrolla como una reflexión de una violencia casi cruda sobre la venganza, pero al mismo tiempo también como un alentador drama sobre hogares rotos y la importancia de la comprensión en nuestra sociedad. La película combina géneros y tonos de manera casi constante, pero todos fluyen de manera increíblemente verosímil. En un periodo de diez minutos, podemos ver a Frances McDormand perforándole un dedo a un dentista que vengativamente intentaba arrancarle una muela sin anestesia, y aguantándose las lágrimas por no haber sido capaz de cuidar mejor a su hija. Y el tono de la película deja espacio para que ambas tengan credibilidad emocional.

Pero si esta película es brillante, es porque los personajes que la sostienen están construidos con una perspectiva dimensional que no es demasiado común en el cine actual. O por lo menos no una tan detallada. La película gira en torno a muchas personas, y todos se dibujan a través de pequeños matices en los que el humor deja respirar a la caracterización de manera que una no se coma a la otra. Todo el mundo es muy gracioso dentro de su propia personalidad, y aunque sabemos que nadie es tan ingenioso en el mundo real, el mérito de esta película es conseguir que nos lo creamos. Y en eso los actores resultan esenciales.
Los personajes funcionan como seres humanos imperfectos en el papel, pero los actores son los que hacen que los veamos con verdadera dimensión. Frances McDormand y Woody Harrelson, que interpreta a Bill Willoughby, jefe de la policía local, aportan una humanidad a sus personajes que ayuda a crear el conflicto de la película: ninguno de los dos tiene razón, pero tampoco están equivocados. Mildred tiene derecho a estar enfadada, pero el sheriff también tiene lo tiene para indignarse por los carteles. Lucas Hedges, Abbie Cornish, John Hawkes, Kathryn Newton, Caleb Landry Jones y Peter Dinklage constituyen un reparto tan extenso como sólido, donde todo el mundo tiene su momento para reafirmar a sus personajes, pero el caso más destacable es el de Sam Rockwell.

El actor interpreta a un negligente policía local conocido por su historial de tortura a presos negros que, además, odia a muerte a Mildred Hayes, y que consigue la redención de su personaje a través de una interpretación humana y compleja como pocas más veremos este año. Algo que la convierte, junto a la de McDormand, en dos de las principales contrincantes de cara a la temporada de premios. El único problema es que darle una redención a un personaje como este muestra un tratamiento de estos temas desde la perspectiva del costumbrismo sureño, lo cual da a intuir que esta película solo va a ser graciosa para la gente blanca. Pero no por eso deja de estar brillantemente escrita.
Three Billboards Outside Ebbing, Missuri se convertirá en una de las películas del año no solo porque es una comedia brillante, sino porque además es un excepcional drama de personajes. El centro de la película no son las disputas entre vecinos, ni los impagables momentos entre Willoughby y Mildred, ni volver a Frances McDormand demostrando su espectacular talento y gritando «zorra» a una periodista sensacionalista. El centro es el dolor del personaje de Mildred, y cómo la frustración por haber perdido a una hija puede devorarte por dentro. Es una historia de una madre impotente tratada con un humor inteligente, y por eso va a ganar el Globo de Oro a Comedia, pero al igual que ya ha hecho en Toronto y Donosti, su lado humano va a hacer que también se gane muchos corazones.