Uniqlo abrió sus puertas a mediados de septiembre en Barcelona, iniciando así su expansión por España. El «Amancio Ortega japonés», Tadashi Yanai, creó a partir de la pequeña sastrería de su padre la empresa emblema del fast fashion. El próximo 9 de noviembre inaugurará el segundo establecimiento en la ciudad condal y próximamente la capital se sumará a las más de 1000 tiendas que tiene distribuidas por todo el mundo.

Se suele decir que Uniqlo es el Zara de Fast Retailing. Tadashi Yanai reconoce que se inspiró en el gigante gallego para el proceso de internacionalización, aunque a la hora de la verdad son dos firmas completamente distintas. Mientras Zara vende moda, la marca nipona se decanta por básicos de alta calidad y con una amplia gama de colores, con el precio como factor que marca la diferencia.

A pesar de sus ciertos parecidos con Inditex y H&M por el gran número de puntos de venta y por la rapidez de producción, Uniqlo tiene un posicionamiento de menos tendencia. Podríamos decir que se asemeja más a lo que fueron The Gap o J.Crew, con quien también compite.
La firma, que sigue al «pie de la letra» los valores japoneses de simplicidad, calidad y longevidad, se hace hueco en territorio español ofreciendo una línea completa de prendas para hombres y mujeres, todas elaboradas con tecnología avanzada y desarrollada bajo el concepto LifeWear, «es lo que eres, en lo que crees: eso es lo que llevas todos los días».

En las tiendas no faltan sus productos estrella como “Heattech”, ropa interior que transforma la humedad del cuerpo en calor; la chaqueta “Ultra Light Down”, prendas que combinan calidez y ligereza y “AIRism”, creaciones diseñadas para mantenerse seca en cualquier tipo de clima.

Uniqlo opera actualmente en 19 países, incluyendo a España y cuenta con unas 1.900 tiendas y centros de I+D en grandes ciudades como Tokio, Shanghai, Nueva York o Los Ángeles. La última hora es que el gigante textil que acaba de desembarcar en territorio español se ha constituido como el tercer grupo de ventas a nivel mundial, obteniendo en su último ejercicio fiscal un beneficio neto de 899 millones de euros, el doble con respecto al año pasado.