Música

La música valenciana inunda la capital

ZOO y Smoking Souls presentan sus nuevos trabajos en la Sala Penélope y agotan entradas.

Cuando me enteré que ZOO volvía a Madrid nunca pensé que las entradas se agotarían con tanta rapidez. Cuando me quise dar cuenta, me había quedado sin ella. Los valencianos colgaron el cartel de sold out dos semanas antes de uno de sus conciertos fin de gira. Desde entonces he estado como loca buscando un alma caritativa que no pudiera ir para comprársela. Es curioso. En estos conciertos, la gente revende por el mismo precio. Y tuve suerte. Tanto yo como Malu, mi fotógrafa. El día de antes, el destino quería que las dos estuviéramos en esa sala la noche del sábado.

Había perdido un poco la esperanza de ir, me olvidé del tema y no me enteré que otro grupo de la terreta les acompañaría en el escenario: Smoking Souls. No me lo podía creer. Nunca los había visto en directo y tenía muchas ganas. Y mucho miedo. Es el típico grupo que te da miedo que te decepcionen en directo. Pero me dejaron con la boca abierta.

Foto: María Luisa Calvo Monedero
Foto: María Luisa Calvo Monedero

Llegamos temprano. Queríamos coger un buen sitio para sacar fotos e ir viendo cómo iba creciendo el público. Smoking Souls empezó muy puntual. A las 21:30 estaban sonando los primeros acordes de Murs. El ambiente se fue calentando y cada vez estábamos más apretadas. Carlos Caselles y los suyos venían a presentarnos su nuevo disco y le dieron un buen repaso: Fera, Alcohol i sal, Eterna força, Cançó de la son y Guarda’m l’aire fueron las elegidas. No quisieron olvidarse tampoco de los éxitos que les han abierto un hueco en este complicado mundo, como Addictes, Passatgers del món, L’exili, Fills de la nit o Nòmades. Eligieron la canción con la que se dieron a conocer en el Festivern del año 2015-2016 para poner punto y final a su paso por la capital: Nit salvatge. No faltaron los agradecimientos a ZOO por haberles dado la oportunidad de enseñarnos sus temas. Y las presentaciones: Carlos, voz y guitarra, Pau Camps a la guitarra, Josep Bolu a la batería y Miquel Álvarez al bajo. A las 21:35 aproximadamente empezaron a montar el escenario para la segunda parte del espectáculo.

La sala estaba llena y el público era muy variado. Gente de todos los estilos, de todas las edades. Es una de las cosas bonitas que hace la música: nos une. Algo que me llamó mucho la atención fue el gran parecido entre ambos inicios. Suaves, entre tinieblas, para dar paso a canciones con mucha fuerza, cargada de efectos lumínicos. Aunque ZOO optó por cambios mucho más rápidos y bruscos de flash que sus teloneros.

Mientras esperábamos, Malu me estuvo contando curiosidades. ¿Sabíais que casi todos los músicos que componen ZOO vienen de otros grupos que se han separado? Yo tampoco. Panxo, el cantante, fue dj en Riot Propaganda en 2013. Además, es el hermano de Pablo, el cantante de La Raíz. Vaya familia de artistas. Arnau, guitarra y voz, procede de la Gossa Sorda, grupo al que tienen muy presente. Mientras que montan, se ponen su tracklist. El trombonista de Obrint Pas, Marcos Úbeda, también se ha subido al barco, junto a su compañero de equipo Jaume Guerra, bajo eléctrico, que también tocaba en Orxata Sound System. Por otra parte, reclutaron a Héctor Galán al teclado y Natxo Ciscar al bajo. Además, si alguna vez tenéis la suerte de verlos en directo, os daréis cuenta que todos son igual de protagonistas, algo que no suele suceder. Normalmente, los cantantes son los que se llevan toda la atención porque parece que, sin ellos, la banda no existe. Pero aquí no pasa. Todos tienen sus momentos de gloria.

Foto: María Luisa Calvo Monedero

Cinco minutos antes de las 10, empezaba a sonar la Intro de Raval. Todas y todos empezamos a dejarnos los pulmones con Ventiladors, tercera canción del nuevo disco, que, por cierto, es una obra de arte. Impresentables, Carrer de l’amargura y La mestra fueron las siguientes. Esta última es un homenaje a una maestra que luchó durante el franquismo para que la lengua valenciana no se perdiera. ZOO no olvida el pasado y sus antiguos temas estuvieron presentes durante todo el concierto. Imperfeccions, la Intro de Tempestes vénen del Sud y Faena hicieron enloquecer a la gente. Dilo en castellano y el drum & bass de Presoners aguantaron genial este subidón.

Foto: María Luisa Calvo Monedero

Las letras de estos valencianos no cambiarán nunca. Por lo general, el disco es muy reivindicativo y está cargado de alusiones a las tradiciones de los Països Catalans. Correfoc y El cap per avall son dos ejemplos muy claros. Además, esta última tiene una historia muy curiosa. En el videoclip se muestra un cuadro al que le van dando la vuelta, situándolo boca abajo, con el que hacen alusión a un cuadro de Felipe V que está en Xátiva de esta forma. Pues el monarca ordenó quemar la ciudad durante la Guerra de Sucesión. Con esto, se quiere mostrar todo el sufrimiento que ha soportado el País València.

Corbelles, La nostra bota, Vull y Estiu estaban a punto de cerrar una noche que no olvidaríamos fácilmente. El punto final fue Esbarzers, otro guiño a la Gossa Sorda, la cual se ha convertido en todo un himno en la terreta. Casi tres horas de descargas de adrenalina. Nunca defraudan. Dos comunidades unidas por la música y la cultura. Volved pronto.

 

 

 

Sara Martín García
Feminista, (casi) periodista y adicta a viajar. Enamorada de mi perro. Con muchas ganas de cambiar el mundo a través del periodismo.

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