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Como un fresco medieval

Durante la Edad Media, artesanos pintaban los muros de piedra de iglesias y monasterios con escenas bíblicas o pantocrátores, representaciones de Dios y Jesús. Lo hacían con motivo didáctico, porque la mayoría de las personas eran analfabetas. La técnica de pintura y dibujo era, mmhh, mejorable. Sin volumen, ni detalle, ni expresión. Pero podían excusarla porque el fin no era la pintura sino la enseñanza. Lo mismo ocurre con Piratas del Caribe: la venganza de Salazar.

La técnica

La última película de la saga de las aventuras de Jack Sparrow (Johnny Depp) no está dirigida a analfabetos, pero sí a niños. Por ello, enganchan sus escenas y guion divertidos -como la escena de Sparrow y la guillotina-. Otra cara del guion de Jeff Nathanson, la parte emocional, es pésima. Aunque es excusable si se tiene en cuenta el público al que va dirigida, las palabras forzadas y la ausencia de sutileza en escenas más íntimas son los peor de la película. Para vivir la emoción verdadera hay que esperar al final, a la reaparición de Keira Knightley -en esta crítica sólo hay este spoiler-.

La falta de calidad también se ve en el argumento. Aunque es inteligente y rebuscada la idea de Joachim Ronning y Espen Sandberg de por qué Armando Salazar (Javier Bardem, soberbio en su papel) ansia venganza de Sparrow y cómo se resuelve el conflicto a través del Tridente de Poseidón, el fondo de las acciones es deficiente: no se le puede sacar más provecho a los conflictos paterno-filiales. Henry Turner (Brenton Thwaites) y Will Turner (Orlando Bloom). Will Turner y Bill el Botas. Carina Smyth (Kaya Scodelario) y su padre -sorpresa, sorpresa-. Incluso la motivación que impulsa al impío Capitán Salazar a limpiar el mar de piratería es su padre.

En esta trama hay, además, varias fantasmadas argumentales: ¿por qué Salazar y su tripulación quedan liberados del Triángulo de las Bermudas? ¿por qué el tiburón también está muerto? Y no hablemos de cómo atracan Sparrow y su tripulación aquel banco.

Imagen relacionada
Salazar y su tripulación van a por Sparrow | Escena de la película

Historia, feminismo, ciencia y fe

Aparte de la simplicidad que suele entrañar una película para niños -¿podría enseñarse el amor de manera sutil en cine infantil?-, el contenido transmitido es brillante. Como en las fábulas, la enseñanza no falla. Este relato de cómo Sparrow, Barbossa, Carina y Henry se enfrentan al Capitán Salazar es como un fresco medieval y muestra historia, feminismo y un debate entre ciencia y fe.

El guion didáctico es muy explícito. Hablan de la guillotina como un nuevo método y de saltar por la borda dicen claramente que “también se llama pasar por la quilla”. La lección de historia en Port Royal también incluye la caza de brujas a mujeres simplemente diferentes.

La astrónoma Carina Smyth es perseguida por brujería por aquellos ignorantes de la verdad. Esta amante de la ciencia es la heroína inteligente capaz de leer las estrellas para eliminar todas las maldiciones del mar. En este papel se representa a una mujer líder que habría sido demasiado seria de no ser por una escena en la que salta de un bote al mar después de quitarse el vestido.

Jack Sparrow y Carina Smyth | Escena de la película

No soy ninguna experta en feminismo, pero lo que Joachim Ronning y Espen Sandberg quisieron elevar con el personaje de Carina desentona con los planos que sacan partido del pecho encorsetado de la astrónoma. Como en el que Carina ha salido del mar corriendo sin ningún problema, pero hay una imagen de ella tumbada en la arena como si la acabase de dejar allí la corriente.

Carina, mujer científica, mantiene un debate sobre ciencia y fe con Henry Turner desde que se conocen. Punto a favor para Jeff Nathanson porque su guion hace pensar al espectador. Esta película es didáctica como un fresco medieval porque, además, la discusión concluye a favor de la fe, pues Henry invoca que “no hace falta que la entendáis, sólo que la creáis” a los piratas que no comprenden qué hace Carina con las estrellas.

El resultado del duelo dialéctico está plasmado en símbolos del filme. Por ejemplo, -como en cierta historia de Moisés- el mar se separa en dos cuando encuentran el Tridente de Poseidón. Llama la atención como, cuando Salazar vuelve a la vida, la separación del mar se está estrechando a sus espaldas y él celebra su condición humana. Celebra la vulnerabilidad. Después, para salir a la superficie, los personajes se agarran a un ancla -creo que no es casualidad- con forma de cruz cristiana.

 

Victoria De Julián
Estudio Periodismo y Filosofía en la UNAV. Busco oportunidades de ser mejor, crear y aprender haciendo. :D

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