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La falsa alarma editorial: La literatura no está perdida

Potienciales compradores en Sant Jordi - El Confidencial

En España ni se lee ni se vende. Si ser escritor nunca ha sido un seguro para llegar a fin de mes, ahora menos que nunca. Y no es problema de que las editoriales saquen menos libros a la venta, ya que “se publican en torno a 70.000 títulos en España, unos 200 libros al día”, sino que ya no se vende lo mismo que antes, ni de la misma forma. Lucía Etxebarría, autora de Beatriz y los cuerpos celestes (Premio Nadal, 1998) apenas lleva vendidos 2.000 ejemplares con Más peligrosos es no amar desde mayo del año pasado cuando se publicó. Por otro lado, José Ángel Gómez Iglesias, más conocido como Defreds en Twitter, ha vendido 50.000 tomos de Cuando abras el paracaídas en el mismo intervalo de tiempo que la reconocida Etxebarría. Si ni siquiera una autora con un Nadal puede vender, ¿quién va a hacerlo? Adiós a los sueños de miles de jóvenes que querían publicar. O tenéis más de 50.000 seguidores en las redes u olvidaos de vender algo.

Datos de los últimos libros de cada autor, correspondientes a las ventas en papel y ebook. Entre paréntesis la fecha de publicación – El Confidencial (datos de Nielsen)

Fuera de exageraciones (no tan exageradas), parece que los verdaderos consumidores fieles en estos momentos son los jóvenes que compran a otros jóvenes, o los mayores que compran a otros mayores. Lo ratifica Josep María Nadal Suau, crítico literario en El Cultural, refiriéndose a escritores un poco más ‘difíciles’: “Los jóvenes ya no se sienten vinculados a estos autores y nadie se da por enterado, ni crítica ni editoriales”. Una parte no tiene interés en lo que compra la otra, por lo que el público se separa masivamente en franjas generacionales.

Así que una vez que ya sabes qué y a quién quieres vender, solo falta una cosa: vender. Las editoriales son potentes máquinas de propaganda y publicidad, y en este mundo siempre funciona la misma regla: A más dinero, más visibilidad. “Las grandes firmas editoriales compran las zonas que quieren ocupar de las librerías”. Pero en las no tan grandes hay un gran problema, según dice Roberto Pérez, director de la editorial Libros.com: “si no puedes acceder a la distribución, no puedes recuperar la inversión y con el modelo tradicional estás condenado a desaparecer o a ser absorbido por grandes grupos”.

En el gremio, sin embargo, algunos hablan de la pequeña editorial como la única fuente de literatura enriquecedora. Esta opinión, aunque no es compartida por todos, plantea una cuestión. Si las grandes compañías editoriales se “comen” a las pequeñas y medianas, estas teniendo que cerrar por falta de visibilidad y de ventas, ¿dónde podremos encontrar buena literatura en un futuro?

En las películas de acción, cuando una multitud se ve dominada por el miedo suele haber siempre un tranquilizador que suelta lo típico de “¡Que no cunda el pánico!”, usualmente provocando la reacción contraria a lo que él quería. No seré yo el que os infunda miedo como lectores, sino el que os plantee que quizá no son los malvados grupos editoriales ni los “tuitescritores”, “youtubescritores” y demás nueva escuela literaria los que tengan la culpa de este fenómeno. Quizá somos nosotros. Quizá, si se nos educara para saber apreciar la buena literatura, diferenciar, analizar, comparar, apreciar y desechar; seríamos mejores lectores, ergo mejores compradores. Y quizá entonces en España no solo se lea (bien) y se venda (decentemente), sino que también igual se escriba (mejor aún).

Fuentes: El Confindencial: Cifras del mundo editorial y Las multinacionales del mundo editorial (todo lo citado con anterioridad se refiere a estos dos artículos)

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