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Temible nos hace vibrar en la Hard Rock Café con su primer álbum

La nueva formación llegaba para presentarnos en Madrid su primer LP, ‘Un principio y nada más’, y las sensaciones no han podido ser mejores

Las grandes citas deben celebrarse en lugares emblemáticos. Quizá no muchos conozcan todavía a Temible, pero no por ello el encuentro desmerecía la ocasión de desplazarnos hasta el Paseo de la Castellana, a la altura de Plaza de Colón, para adentrarnos en la pequeña sala Skyline del Hard Rock Café Bar y disfrutar y sentir muy de cerca a los miembros de esta nueva formación.

Pero decir que la sala de conciertos del Hard Rock Café es pequeña quizá no es del todo negativo, porque hay sonidos y estribillos que, sin duda, se llevan tan bien en los espacios íntimos como en las relaciones a distancia. Es lo que pasó anoche con los acordes de Temible que, guiados por la voz de José Tejedor, llegaban como ondas expansivas hasta nosotros llenando todo ese espacio (nuestro espacio) de un sonido que se intuye demasiado grande. Una música que, antes de que nos demos cuenta, llenará grandes escenarios.

Si bien es cierto que Temible presentaban anoche su primer LP, ‘Un principio y nada más’, no son precisamente unos advenedizos del panorama musical español. Parte de sus miembros provienen del ya extinto grupo barcelonés Cyan, y la experiencia de todos ellos sobre los escenarios haciendo música fue palpable desde el primer acorde. Y es que, si bien el disco de Temible sonaba muy bien a través de los auriculares, el directo no sólo le hizo justicia sino que fue una grata sorpresa que nos dejó con ganas e ilusión de un nuevo encuentro con este gran grupo.

El encuentro arrancaba fuerte con el tema que abre el LP: ‘Dime para qué’, una canción que nos invita a comernos el mundo. Empezamos con el sonido a tope, dando cuenta de lo que está por venir. La voz de José nos va guiando por este primer paraje de energía positiva y optimismo. El sonido, al comienzo atronador, parece que no nos va a dejar percibir los matices, pero luego resulta que no es así. Tanto la Fender Jaguar de José como las guitarras de Jordi Navarro y Gorka Dresbaj suenan de lujo, limpias, a pesar de que no estamos ante un grandísimo despliegue técnico de sonido. Aitor Chartos al bajo y Quim Fernández a la batería ponen la guinda a un grupo que disfruta sobre el escenario, y se nota.

Estábamos todavía saboreando las letras del primer tema cuando llegaba ‘La sangre que esconden’, con una letra más reivindicativa: “Y bajo la misma luna, bajo las barras y estrellas, siguen sufriendo los mismos que ayer pidieron clemencia”. Un corte que nos invita un poquito a reflexionar y, sobre todo, a sentir, y que nos pone los pelos de punta en directo aún más si cabe.

Con el sentimiento ya a flor de piel por parte del grupo y de todos los que no quisimos perdernos la cita nos adentrábamos en ‘De Par en Par’, uno de los temas con estribillo más pegadizo de este primer álbum y con el que es muy fácil sentirse identificado. Lo que parece un tema relajado, explota por momentos junto a la voz de José, que cierra los ojos de tanto en tanto. Ya sabéis que hay cosas que sólo se sienten de verdad con los ojos cerrados.

Llegamos a ‘Los Trazos’, otro de esos temas que invitan a tararear la letra según va entrando en tu cabeza, para dar paso después a ‘Un principio y nada más’, el tema que da nombre al disco. Desde luego el corte escogido representa muy bien el tipo de música que podemos encontrarnos en este primer álbum de Temible, tanto por letra como por melodía y por la voz de José, que lo defiende magníficamente en directo. La energía nos estaba llegando a través de las fotos y de los sonidos que iban llegando a nuestros oídos. Nos íbamos transportando poco a poco, casi sin darnos cuenta. Uno de esos conciertos que, incluso aunque no vayas totalmente convencido, te atrapan poco a poco y sin remedio.

Tanto es así que debió ser más o menos por estos momentos cuando explotó una bombilla en el local, a un palmo de nuestras cabezas casi sin que nos diéramos cuenta. Y es que Temible lo estaban petando y no sólo figuradamente.

Con permiso del mal chiste y sea como fuere, pasamos a ‘Se acaba por terminar’, una canción que comenzaba algo más relajada para terminar estallando tras el primer minuto. “Se amontonan los días y ves el tiempo escapar”. Nos dejamos llevar “descalzos” por estas letras que es tan fácil hacer nuestras, y sin intención de volver a ponernos los zapatos. Tras este tema llegaba ‘Se irá de nuestras manos’ y el grupo sonreía, disfrutaba, e invitaba a los pocos pero fieles congregados allí a acercarse a ellos. A vibrar con ellos. ¿Eramos pocos? Quizá. ¿A quién le importa?

Llegaba entonces ‘Quemar los puentes’, una canción con gran letra y muy sentida sobre el escenario, que Temible llegó a tocar una segunda vez en los últimos compases del concierto. Después José nos presentaba ‘Me niego a aprender’ y nos hablaba de su videoclip, que está autoproducido por la propia banda gracias a la experiencia como productor de Jordi Navarro, una de las guitarras del grupo. Un tema en el que se canta aquello de «la chispa adecuada». ¿Homenaje a Bunbury?

Con ‘Entre Carbón y Papel’ ya llevábamos un buen rato “sincronizando latidos”. Imposible no tararear su letra mientras uno iba tomando fotos. A través de ellas se notaba sentimiento, garra y también disfrute. El grupo nos hacía partícipes de lo que significa la ilusión por un nuevo comienzo. Incluso José propinó una especie de media patada involuntaria a un altavoz y le dio tiempo también a tirar un botellín de cerveza. Todo esto ocurría a escasos centímetros de nosotros, ensimismados con el buen hacer musical del grupo, que nos iba dejando un sincero y gratificante buen sabor de boca. Y mejor de oídos.

El concierto daba sus últimos coletazos con ‘Ballet Mental’, una canción muy sentida por los asistentes que se la conocían por Cyan (no está incluida en ‘Un principio y nada más’) y que sonaba y encajaba muy bien en la nueva formación.

El setlist del concierto finalizó con ‘Luces y sombras (no quieren oírlo)’, perfectamente escogido pues es el encargado de cerrar este primer LP de Temible que, como ya decimos, destila profesionalidad por los cuatro costados en el directo.

¿Fuímos pocos asistentes? ¿Era una sala humilde? La verdad es que no me fijé en nada de eso. Me temo que ‘Temible’ me atrapó irremediablemente en su red. No sé si me recordaron a Smashing Pumpkins, Kings Of Leon, Jeff Buckley o The Killers. Más bien creo que Temible tiene su propio estilo.  Quizá solo se trata, como ellos mismos dicen, de canciones sinceras. En este caso, una sinceridad que hemos podido sentir a medio metro de distancia. Toda una invitación a seguirles la pista en próximos conciertos. Si algo tenemos muy claro es que esto no es sólo el principio.

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