-Me has hecho daño.
-Gratis, te quejarás.
Y créedme que no hay palabras tan baratas como esas.
Supongo que vivimos en un mundo donde nos importa más mover la lengua que el culo.
Y así nos va.
Con babas por todos lados y no por haberse caído con nadie.
Me revienta que unos ojos tan claros se contaminen tan rápido, o que una sonrisa sepa fingir un orgasmo mejor que yo.
Me sacan de quicio las palabras que solo traen tormenta cuando nadie las invitó y ni mucho menos a traer nada.
Me he mordido más veces la lengua que el corazón, y no debería ser así, pero supongo que eso hoy importa una mierda, total, se van a reír de ti igual por tener el corazón mordido, cuando no entienden que las mordeduras de corazón nada tienen que ver con las de conciencia.
Si soy el hazmereír, no vengas luego a pedirme: hazme soñar.
A veces es más fácil simplificar dar la mano con dar la hostia, o dejar la puerta abierta con decir te echo de menos.
Y qué fácil se vive así,
lo difícil es ya lo de sobrevivir.
