Resiliencia
Cristina Lumbreras es una mujer de 56 años que ha reconducido su vida. Estudió arquitectura en la Universidad de Navarra a finales de los 70, época en la que conoció a mi madre. No se volvieron a ver hasta hace una semana, tres décadas después, cuando Cristina presentó en el Palacio de Guenduláin de Pamplona, casa de estilo clásico barroco de los Condes de Guenduláin reconvertida a hotel de lujo, su primer desfile de moda.
Ejerció de arquitecta y en 2011 vivió la crisis económica. Recordemos que afectó especialmente al sector inmobiliario y de la construcción y, por ende, a los que andan detrás de los diseños de lo que estos venden. No sabría decir con detalle cómo le afectó la crisis a Cristina, pero sé que, al menos parcialmente, se debió quedar a dos velas. Según un estudio de 2013 del Sindicato de Arquitectos, el 71% de los arquitectos estaban en situación de precariedad: en paro, empleados ilegalmente o con sueldos inferiores a mileuristas.
Me contó que entonces se dedicó a una actividad afortunadamente gratis que siempre había disfrutado: se puso a dibujar. “Y es que, además, me relaja”, añadió alegre. Dibujó, diseñó y aplicó la arquitectura a la ropa, dándoles a algunos diseños formas atrevidas y geométricas.
Visiblemente nerviosa, el sábado 10 de diciembre, introdujo su primera colección. Tanto ropa para ir a trabajar y de cóctel, atrevida como para ser observada, y discreta como para ser para todo el mundo. En el fondo, lo importante no es la ropa, sino que haya podido dar una solución creativa a su vida.