Julio de 1914 y estalla la Primera Guerra Mundial. Nos despedimos de la Belle Époque dando la bienvenida a esta nueva etapa de conflicto que trajo consigo cambios importantes en la sociedad y, consecuentemente, en la moda. La mujer se incorporó al mundo del trabajo por primera vez en la historia y esto impulsó una nueva manera de vestir; pues la nueva forma de vida requería un atuendo más práctico y simple.
Aparece entonces el traje sastre de tipo deportivo, en un solo color, que cuenta con la ventaja de que se generaliza para todas las horas del día. A diferencia de épocas anteriores donde tanto jóvenes como señoras debían llevar un tipo de vestido diferente en función de la actividad u ocasión.
El prototipo de mujer en los locos años veinte se identifica con el estilo “a lo garçonne”, que correspondía a una mujer joven y estilizada con deseos de libertad y diversión, y que seduce a través de una imagen andrógina conseguida por el pelo corto y el disimulo de sus atributos femeninos. Esta mujer ya no se rellenaba el pecho, sino que lo vendaba para reducir su volumen, y la forma recta de la silueta se subraya al bajar la cintura del vestido a la altura de la cadera.
Moda a lo garçon / Fuente: teoriacriativa.com
En España, la difusión de la fotografía en revistas de moda y periódicos de la época, hace posible que muchas mujeres conozcan y copien las novedades impuestas por los grandes creadores.
El binomio arte-moda
Las relaciones entre la moda y las artes plásticas fueron frecuentes durante el periodo de entreguerras. La indumentaria se verá influida por los distintos movimientos artísticos de principio del siglo, como el Art Déco, el Orfismo, el Cubismo y el Surrealismo
El Cubismo influyó en el estampado de telas, limitando el uso del color y dejando su huella en los dibujos de formas geométricas.
El Orfismo se propuso superar la monocromía cubista, desarrollando la intensidad y dinámica del color, llegando hasta la abstracción y a la creación de un ritmo en la construcción del color. Sonia Delaunay logró llevar al vestuario esta vanguardia artística. En sus creaciones exploró la relación entre los colores, y sus telas fueron utilizadas por los diseñadores más importantes de la época.
Diseños de Sonia Delaunay / Santaeulalia.com
El Surrealismo dedicó una atención preferente a la moda, sacando a relucir su aspecto poético y lúdico gracias principalmente a la colaboración de Elsa Schiaparelli y Salvador Dalí durante la década de los treinta.
La moda masculina
En el traje de hombre la influencia militar se manifiesta en el uso de la gabardina, el abrigo ancho y el chaquetón, denominado trinchera. Se generaliza el uso del sombrero de fieltro y la americana cruzada con pantalones anchos, mientras que el chaleco se sustituye progresivamente por el pullover.
Traje hombre / Fuente: museodeltraje
El frac apenas se usa, siendo sustituido por el smoking, mientras que el chaqué se reserva para las ceremonias.
Viajes
Los viajes, puestos de moda años atrás, se generalizan y se convierten en un signo de distinción.
A los tradicionales viajes en tren o en barco se suma ahora el automóvil, que proporciona mayor autonomía en los trayectos cortos y aporta una imagen moderna y dinámica.
Como es lógico, la moda también se ve influida por esto ya que se comienzan a confeccionar trajes específicos para viajar. Se trata de vestidos más ligeros y vaporosos (en este caso gasa de algodón) en busca de comodidad y funcionalidad. Sus colores cada vez son más vivos y llamativos.
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