CulturaLiteratura

Perdón| #Microcuento8

Siempre que hacemos algo mal pedimos perdón, o la mayoría de las veces.

Pero..

¿Deberíamos?

Algunos pensaréis que sí, otros que quizá no siempre. Pero os diré algo:

Las promesas que nunca se llegaron a cumplir nunca me pidieron perdón. Tampoco las heridas que nunca fueron cicatriz, ni los besos que se escondieron antes de tiempo.

Ni las personas que fueron lo tóxico y no el aire fresco. Ni siquiera los motivos que hicieron sonreír a la sonrisa equivocada.

Ninguna de ellas me pidió perdón.

Tampoco lo exijo.

Tampoco lo quiero.

Supongo que con alguno de esos «perdón»

una parte de mi corazón se hubiera reblandecido, y yo quiero que bombee fuerte.

Pero en cambio,

sí que me han pedido perdón por quererme tan fuerte,

o por romperme en pedazos cada vez que alguien se ha marchado y no por iniciativa propia.

Por despedirme en cada estación con  sabor a:  volveré, cuando sea, pero volveré.

Por despeinarme cada vez que me han hecho el amor,  o porque mi pelo se haya quedado enganchado entre sus manos y me haya dolido.

Para mí,

no hay perdón más valiente que aquel que se pide

cuando ha dolido,

pero ha dolido

en el sentido de…

qué bien y qué bonito dueles.

 

 

vivirtenpoesia
24. Desde que supe que escribir era la forma más bonita de doler, no he parado de sangrar. Madriz.

1 Comment

  1. Sencillo y limpio… Pero y si duele hasta que no puedas respirar ni las lágrimas te dejen ver lo has hecho ya q fue por ti q todo empezó a doler, sabes q la vida todo da y quita, pues la verdad es una de esas… como perdonar lo q creíste cierto y fue una traicion con sabor a odio… DTBM

Leave a Response