Cine y TV

‘Mr. Nobody’ o cómo recordar todo lo que no has vivido

La obra de Van Dormael nos sumerge, a través de un genial Jared Leto, en nuestras más profundas reflexiones

 

¿Cuál habría sido el devenir de mi día si no me hubiera tomado esa taza de café por la mañana? ¿Qué habría sido de mi vida si no hubiera saludado hace años a aquella chica? ¿Depende mi futuro del hilo de una sola decisión o de la concatenación de varias? ¿Soy el verdadero dueño de mis propias decisiones?

El desconocido director belga Jaco Van Dormael nos propone en ‘Mr. Nobody, su cinta más ambiciosa, adentrarnos en estas y otras cuestiones metafísicas a través de un guion tan enrevesado como mágico y sorprendente.

Parece ser que el bueno de Jaco terminó la presentación de su film en el Festival de Cine de Sitges, allá por 2009, diciendo algo mucho más importante de lo que, en un principio, pudiera parecer: “Si me lo permiten, me gustaría quedarme a ver la película con ustedes, ya que aún no estoy del todo seguro de haber entendido el final”. Épico es poco decir: el propio director reconocía “no estar seguro de haber entendido el final” de su propia obra, cuyo guion había escrito él mismo, además de, por supuesto, ponerse detrás de las cámaras. Y es que, quizá, la grandeza de ‘Mr. Nobody’ resida, precisamente, en la multiplicidad de enfoques interpretativos que plantea. Un poliedro de infinitos puntos de vista, de infinitas vidas.

‘Mr. Nobody’ es, en resumen, y con todo el cuidado de no hacer spoilers ante un argumento tan especial, la historia de Nemo Nobody (Jared Leto) un hombre que, ya en la vejez y a punto de morir, recuerda todas las vidas que no ha vivido. O que sí ha vivido: al fin y al cabo, por algo es capaz de recordarlas.

Van Dormael juega así con la idea del Big Bang y su “negativo”, el Big Crunch. Esto es: igual que hubo un momento en que el tiempo comenzó a correr siempre en la misma dirección, habrá otro en que dicha dirección se revertirá, entrando así en una fase cíclica en la que el universo y nuestras vidas “se reiniciarán”. Esta podría ser la idea que se nos sugiere en el film, aunque, como ya digo, las interpretaciones son diversas e igualmente válidas y fascinantes según cada espectador.

Por otro lado, y a diferencia de blockbusters baratos en los que solo se busca una excusa válida para forzar un argumento superficial y manido, ‘Mr. Nobody’ es todo un regalo cinematográfico para perdernos en reflexiones sobre nuestra propia vida, la trascendencia de nuestras decisiones y nuestro papel en el Universo. Desde la infinitud del espacio-tiempo a las consecuencias del llamado “efecto mariposa, recibimos una invitación que nos atrapará a través de su efectismo y preciosismo visual y una cuidada banda sonora. Una invitación difícil de rechazar; aunque, quizá, muchos sí que la rechazarán, por ser de esas “difíciles de entender”. Pero, también, muchos la amarán por ello, especialmente con el paso del tiempo. La narrativa recuerda en lo visual, y salvando las distancias, a otra locura digna también de mayor reconocimiento como es ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ (‘Olvídate de Mí’).

La actuación de Jared Leto (‘Dallas Buyers Club’, ‘Requiem por un Sueño’) sale bien parada junto a la de actrices como Diane Kruger (‘La Búsqueda’, ‘Malditos Bastardos’), Sarah Polley (‘Mi vida sin mí’) o una joven y espectacular Juno Temple (‘Maléfica’, ‘Horns’) que nos sumergen en la historia con una facilidad pasmosa. De hecho, se puede ver en la cita del director belga al mejor Leto, ese que elige papeles verdaderamente trascendentales. Y que, quizá, esperaba mucho más de su Joker en la cinta de David Ayer de lo que finalmente pudo ser.

Es complicado escribir sobre esta película sin llegar a destripar su alma, sin querer ir más allá y acabar divagando por el Universo, envuelto en spoilers, sobre la Realidad y la Existencia. Es mejor dejarse llevar uno mismo por la grandeza inabarcable de esta película, por el descubrimiento personal e intransferible de esas alocadas paradojas que, sin embargo, parecen formar parte de nuestra vida en cada decisión. En todos nuestros aciertos, y en todos nuestros errores. Si es que, en verdad, podemos considerarlos nuestros.

Y es que ‘Mr. Nobody’ no es una película de ciencia ficción, no es un romance, ni un drama. No es nada de ello y, a la vez, puede serlo todo. Lo único seguro es que, como a su propio director, te hará reflexionar tras cada visionado.

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