Nos encontramos ante una de las décadas con más sedentarismo, somos cada vez más “comodones”, y esto nos lleva a la aparición de varios problemas de salud. El sedentarismo favorece el avance de infartos, obesidad o la diabetes, además de provocar una pérdida acelerada de la movilidad de las articulaciones y de la fuerza muscular.
Para ello, debemos recurrir al ejercicio físico constante. No hay nada mejor que hacer tres o cuatro veces a la semana deporte, además de prevenir enfermedades, nos veremos más guapas ante el espejo y nos sentiremos mucho mejor.
El ejercicio físico actúa mejorando los factores de riesgo de las enfermedades anteriores. Como la prevención de la obstrucción de las arterias del corazón o frenar los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares como el tabaquismo, la hipertensión arterial y los niveles altos de colesterol en la sangre. Desde 1994, la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Cardiología han afirmado oficialmente que el sedentarismo es un factor de riesgo muy importante.
Otro dato importante, que afirma Preventive Medicine es como las personas que no realizan ejercicio tienen un 75% más de posibilidades de sufrir depresión. NYT realiza un estudio, donde se demuestra como la salud mental de los participantes debía ser medida a través de tests estándar y el tiempo de seguimiento de los individuos no podía ser inferior a un año.
Al terminar, los descubrimientos eran bastante evidentes, demostraron que el ejercicio físico moderado mejora la condición de las personas diagnosticadas con depresión, y las causas por las que el deporte es tan beneficioso en cuanto a mentalidad, resaltó el cómo las muestras de sangre confirman que los marcadores de inflamación se reducen y los niveles de hormonas encargadas del buen funcionamiento del cerebro aumentan.
Hablamos, también, de la importancia de tener una espalda sana y de cómo cuidarla haciendo ejercicio. Hay deportes que pueden incrementar el riesgo de sufrir algún tipo de dolor de espalda, los que obligan a la columna vertebral a realizar movimientos de flexo-extensión, a continuas vibraciones o una torsión brusca y mantenida. Como por ejemplo el golf, el tenis, el pádel, el squash o el windsurf.
Mientras que, si nuestra intención se basa en el desarrollo específico de la musculatura de nuestra espalda podemos recurrir a prácticas como la propia musculación en el gimnasio, disciplinas de mantenimiento y relajación tales como el pilates o el yoga, así como la ejercitación a través del nado.
No pierdas el tiempo y apúntate al fenómeno del ejercicio físico. Sólo se sufren unos minutillos y después, ¡se siente una como nadie!