Opinión

El truco de la balanza

Donald Trump en el Hall of Fame de la WWE | Imagen: WWE

¿Por qué Trump? Esa es la pregunta que se hace desde el pasado miércoles gran parte de la población mundial, a excepción de casi 60 millones de norteamericanos que lo votaron en las recientes elecciones a la presidencia. La ecuación no tiene otra formulación posible, o al menos eso parece. Sólo mencionamos a Trump, nunca decimos «¿Por qué no Hillary?» Ya les digo yo que porque el elegido es malo, pero no menos lo era su rival demócrata. Los dos peores candidatos de la historia del país de la libertad.

Para entender por qué el empresario es el Presidente electo de la primera potencia mundial, hemos de atender a las tres primeras posiciones del último estudio de la Universidad de California sobre los miedos del pueblo estadounidense. La primera, miedo a perder el derecho a la utilización de las armas, la segunda, miedo a ataques terroristas, y la tercera, miedo a que la raza blanca no sea mayoritaria en Norteamérica. Quizás nos han vendido otra América, y nos la hemos creído ¡Bingo!

Aún así, no vengo a hablar de las elecciones, que suficiente han hablado ya los Ferrera’s y compañía. Utilizo este pequeño rincón de la blogosfera para quejarme, como estudiante de periodismo, de la mala praxis por parte de la mayoría de medios, en un acto de posicionamiento que, aunque ya conocíamos, encontró a Pedro Sánchez en su entrevista en Salvados como el portavoz que se pedía.

Lo triste es que el propio Pedro Sánchez se benefició de tal actuación en las primarias de su partido, de las cuales él salió elegido frente a su rival Eduardo Madina. Los medios progresistas pronto inclinaron su particular balanza hacia el lado de ‘Pdr’. Pero el exsecretario socialista no mencionará eso. No conviene. Igual que fueron los medios los que se involucraron de manera corporativa para llevar el mayor número de superdelegados a Hillary Clinton, de cara a la derrota de Bernie Sanderspor comunista” aun siendo él socialista y siendo la única alternativa real al poder. Ganó la menos buena en las primarias demócratas, ganó el más malo en las republicanas, y lo que es más importante, en las generales.

No vengo a defender a Trump, porque todos sabemos lo racista, machista y misógino que se ha mostrado, pero sí es cierto que desde los medios convencionales se han criticado esas facetas y no lo realmente importante: sus acciones propuestas para el gobierno a excepción del famoso muro y la política de inmigración. Nadie contextualiza eso, nadie completa informaciones, nadie cuenta algo más. Sólo hay intereses (económicos) detrás de cada redacción.

Por ejemplo, hace dos días salió la terrible noticia de que Donald quería sacar del país hasta tres millones de inmigrantes sin papeles con antecedentes penales. Las redes sociales y los medios empezaron a echarse las manos a la cabeza sin pararse a pensar que Obama en ocho años de gobierno había expulsado a esa cifra justamente, sin el matiz de los antecedentes. Hay que informarse. Lo mismo podríamos decir con los desahucios en el mandato de Rajoy, que sí, que es un crimen, pero que Zapatero superó los números dados recientemente por el gallego y no se le criticó.

Un periodista o medio de comunicación, no puede tratar de influir sobre la percepción de un determinado hecho en una noticia. Nos enseñan a informar desde la subjetividad más cercana al concepto de objetividad. No hay ni buenos ni malos, sólo un hecho que contar. Al final, como leí en un texto, al granjero de Iowa le da igual lo que digan los periódicos, porque a veces, la balanza no está compensada en este mundillo de “objetividad”.

m.lopez
Estudiante de periodismo en la Universidad de Sevilla. Actualmente en Nervioneo.com y OFF Magazine.

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