Lo peor que te puede pasar con ‘Swiss Army Man’ es no estar dispuesto a aceptar lo raro, lo distinto, lo freak. Precisamente, uno de los temas que se tratan en la película es el de la incomprensión hacia todo aquello que no es generalizado y que no es socialmente aceptado: todo aquello que, incluso, llega a provocar rechazo y, por tanto, marginación o discriminación.
En un principio, podría parecer complicado llegar a esta perspectiva con la propuesta cinematográfica de Daniel Scheinert y Daniel Kwan, que se encargan de codirigir y coescribir el guion de esta particular película protagonizada por Paul Dano (‘Cowboys & Aliens’, ‘12 Años de Esclavitud’) y Daniel Radcliffe (‘Harry Poter’, ‘Horns’) interpretando sendos papeles protagonistas y acompañados por otros secundarios como Mary Elizabeth Winstead (‘Death Proof’, ‘Abraham Lincoln: Vampire Hunter’) que tienen una presencia en pantalla casi anecdótica.
Y es que ‘Swiss Army Man’ es la inverosímil y alocada historia de dos personajes que “se encuentran” de forma accidental. El primero es Hank (Paul Dano), un náufrago a punto de suicidarse, desesperado y medio muerto de hambre, en una isla desierta; el segundo es un cadáver (al que “da vida” Daniel Radcliffe) arrojado a la orilla por las olas de lo que podría ser el Océano Pacífico. Si el punto de partida no os atrae, os recomiendo que dejéis de seguir leyendo.
Pero dudo que dejéis de seguir leyendo. El tráiler de la película te deja con una expresión que bien puede resumirse en la última frase que escucharéis en la película: ‘what the fuck?!’ Y os aseguro que al terminar de verla, seguiremos pensándolo, pero con un brillo especial en los ojos.
No me odiéis demasiado por este necesario mini-spoiler. ‘Swiss Army Man’ merece ser vista, y no sólo por sus particularidades, su delirante oda al humor absurdo (recurriendo, cómo no, a lo escatológico, pero con buen gusto) y su cuidada narrativa visual. Se trata de un film que, tanto si te ha hecho reír o llorar como si te has quedado con esa cara de “qué estoy viendo”, estoy seguro de que no te va a dejar indiferente. Y eso, en los tiempos que corren, es un regalo: estoy hablando de pura y verdadera originalidad, le pese a quien le pese.
La banda sonora, a cargo de Andy Hull y Robert McDowell, es otro acierto de esta comedia dramática friki, formando parte de la personalidad incomparable de la cinta que, en determinados momentos, llega a referenciar mitos de nuestra infancia como el tema principal de Jurassic Park. Gracias por esto, de verdad.
En definitiva, ‘Swiss Army Man’ nos acabará dando esa impresión de cine independiente (por la forma en que está grabada y el argumento fuero de lo común) muy bien cuidado y acudiendo a actores que no tienen ningún reparo en asumir papeles complicados o que escapan a su registro habitual. Así ocurrió con el Arnold Schwarzenegger de ‘Maggie’ y vuelve a pasar con Daniel Radcliffe en esta insólita interpretación. No es fácil hacer de muerto, especialmente cuando ese muerto tiene un papel protagonista con mucha vida, y el actor que encarnara en su día a Harry Potter resuelve aquí la papeleta con una interpretación de libro y muy cachonda. Paul Dano está también excelente, y casi se hace necesario hacer un esfuerzo para que el chico no te caiga bien.
Sin mayores argumentos para convenceros, termino ya. Me tengo que ir al cine para volver al mundo de los blockbuster masivos con ‘Doctor Strange’. Pero en mi cabeza seguirá presente ese particular homenaje a lo freak, a la búsqueda de la felicidad y al grandioso poder de la amistad que supone ‘Swiss Army Man’. Una de esas películas de las que no conviene escribir demasiado. Y es que algunas cosas son tan frikis que no te tocan el alma hasta que las vives. O hasta que las mueres. Si todavía no habéis visto el tráiler, estáis a tiempo de no hacerlo. La película, servida en frío, es cien veces mejor.