Te has roto y sigues siendo una pieza entera.
Irónico,¿verdad?
Eso me dijo alguien un día.
Lo que no sabía esa persona es que hay grietas que están, que perduran con el tiempo, aunque no se vean. Como un edificio que está a punto de derrumbarse aunque los que estén viviendo dentro no lo sepan.
Así es como estuve viviendo yo en ti, respirando por ellas.
Y hoy,
miro hacia atrás, y solo hay ruinas.
Lo que pasa es que siempre solemos olvidar que desde las ruinas también se puede volver a construir, aunque quizá es que nos den demasiado miedo los escombros de un pasado que siempre vuelve.
Dejamos que el tiempo sea quien construya por nosotros,
y no que seamos nosotros los que construimos por miedo a que el tiempo se nos eche encima.
Tenemos la puta manía de pensar que si nos agrietamos,
es porque somos unos frágiles,
y no porque hayamos confiado demasiado en unas manos que eran de lija.
Pero de eso nada tiene la culpa, supongo.
O sí.
Nuestra,
quizá,
que siempre vamos a ver la otra cara de la moneda por mucho que nos digan cruz.
Y es que,
un amor que se (auto)rompe,
y no se acuerda de las piezas que lo construían,
es porque nunca las echó de menos.
Y eso sí que me rompe.
Ay, Qué bonito te salen las letras!
~Sué Smile, te adoro…♡
Eres la mejor ✍️️??❤️