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Mañana de cultura, mañana productiva

Foto vía OFF Magazine

Lo prometido es deuda y, como prometedor y deudor que soy, escribo. Ayer, a través del perfil oficial de la revista en Twitter (@off_magazine) compartí una mañana intensa y llena de actividades y cultura. Una cultura viva y cercana a la cual llegué, a priori, sin intención de publicar y la cual me impactó de una forma tal que, nada más volver, me empujó a coger papel y bolígrafo.

Es cierto que últimamente ando muy cultura. En los últimos quince días he consumido todo tipo de literatura, música y periodismo. He pasado de Hemingway a Love of Lesbian o de Javier Cercas a Ferreiro sin apenas darme cuenta. Nacional o internacional, no importa. Con o sin ritmo. En prosa o en verso. Como sea, pero que me transmita algo.

He llegado a la conclusión de que este hambre se debe a que necesito rellenar el vacío que está creando la carrera en mí. Me siento incompleto al salir de clase y por eso leo, escucho, escribo y observo con intensidad todo lo que se sitúa a mi alrededor. Porque cultura son muchas cosas.

Siempre lo vi como algo superior. Siempre pensé que acercarse a la cultura suponía un coste en términos económicos y temporales, pero estos últimos días he podido comprobar que no tiene porque ser necesariamente así.

Pongamos como ejemplo la mañana de ayer. Cámara en mano y corriendo contra el reloj, puse rumbo a Madrid para comprobar, en contra de lo que muchos creen, que rebosa arte. En metro y con prisa, llegue hasta la puerta del Barclaycard Center para disfrutar de la primera dosis, donde Izal citó a todos sus seguidores durante los días previos vía redes para regalarles algo menos de una hora de música en forma de sorpresa.

No voy a volver a elogiar al grupo en esta ocasión. Sin embargo, si que voy a elogiar la iniciativa llevada a cabo -imagino- por Hook Management. Fue sublime. Ojalá y pudiésemos disfrutar a diario de un formato tan íntimo y cercano. Fue felicidad en estado puro; palpable en los rostros de todos los que estábamos allí. Fue la mejor manera de comunicar el final de una gira que nunca debería terminar. Una estrategia de marketing acertada y eficaz.

Confieso que también iré al Barclaycard el próximo 25 de febrero, pero estoy seguro de que no será tan mágico como lo fueron los cuarenta y cinco minutos de música que ayer regalaron.

Alberto, guitarrista de Izal, durante el evento de ayer | Foto vía OFF Magazine
Alberto, guitarrista de Izal, durante el evento de ayer | Foto vía OFF Magazine

Que Hook e Izal llevasen su música a la calle de forma gratuita fue sobresaliente. Igual o incluso más destacable -debiso a su regularidad- fue mi segunda experiencia del día. Con todavía más prisa, salí corriendo del Palacio de los Deportes hacia la madrileña sala But. Allí nos esperaban, junto a Sol Música, Jairo Zavala y el resto de músicos que conforman Depedro.

A modo de promoción para su último trabajo, El Pasajero (2016, Warner Music), Jairo nos regaló otros tres cuartos de hora de música en forma de grabación para un programa de Sol. También con entrada gratuita, la iniciativa vuelve a ser brillante. Repitiendo la cercanía e intimidad, pude disfrutar como un enano por segunda vez en tres horas.

Aplaudo estas actividades igual que aplaudí el macroevento que Radio 3 organizó en la Universidad Rey Juan Carlos. Como en aquella ocasión, incido en que las Universidades y los ayuntamientos deben promover este tipo de actos entre la gente joven. ¿Qué mejor manera hay de combatir contra el botellón que difundiendo cultura joven? Ya no hablo de grandes figuras. Con apoyar la escena emergente, es suficiente.

Desde OFF Magazine trato de aportar mi granito de arena. Semana tras semana, intento acercaros eventos asequibles y de calidad como los dos que pude disfrutar ayer. Eventos promovidos por asociaciones o medios como los ya mencionados Radio 3 o Sol Música, FNAC o cualquiera de los locales de moda en Malasaña o el Barrio de las Letras. Quizá sea por ese hambre cultural del que hablé antes. Un hambre que, espero, pronto os entre a vosotros.

2 Comments

  1. ¡Muy buen artículo! Totalmente de acuerdo contigo, me ha pasado algo parecido; la carrera genera un vacío, sobre todo cultural, y eso puede provocar desmotivarnos y buscarla en otros sitios. Madrid está lleno de vida, el problema es que la información está muy dispersa y a veces es difícil acceder a ella. Por ello cuando uno descubre lo que esconde le llega la necesidad de contarlo.

    1. ¡Muchas gracias por tu comentario, Alicia!

      Ojalá y ese gusanillo pique a mucha más gente. Tener la sensación de que necesitas consumir más y más cultura en cualquiera de sus formas, es único.

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