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DÍAS CONTADOS #21 -EL DESENLACE-

DÍAS CONTADOS  

DÍA 21

Las palabras de Carlos me retumbaban una y otra vez.

Me quedé en silencio durante unos minutos sin saber qué contestarle.

Notaba la mirada penetrante de Carlos mirándome, y eso hacía que no pudiera pensar con rapidez.

¿Cómo narices sabía Carlos lo de @joy88?- pensé.

Y es que tenía la sensación de que había algo que estaba dejando escapar y no me estaba dando cuenta.

Aunque ,de repente, todas las piezas empezaron a encajar dentro de mi cabeza, o eso parecía.

Él sabe que he estado aquí, ¿ verdad?- le pregunté.

Entonces, sus ojos cambiaron en segundos; de tener la profundidad de un túnel sin luz a tener toda la verdad en ellos.

Sé que sí, Carlos. No hace falta que sigas con esto. Tampoco tengo miedo. Ni a él ni a ti, ni a quien más esté detrás. Solo hay algo que no sé.. ¿Qué hay en el armario?

No te lo puedo decir, Marina. Lo siento– dijo de manera fría.

-Tengo la sensación que ahí dentro está la pieza que falta en este puzzle. ¿Me equivoco?

-Vete- dijo secamente.

Muy bien, pero tarde o temprano, sabré todo. Soy muy cabezota, demasiado.

Y me fui de aquella casa. Tenía la sensación como si no hubiera estado antes. Como si no hubiera pasado días y días con Tony en el sofá hablando de nuestras tonterías, o viendo una peli. No sé, aquel lugar solo me transmitía decepción y tristeza, mucha.

Sinceramente, solo me apetecía irme a casa a descansar y olvidarme del mundo.

 Había llegado el punto en el que sentía que como habían jugado  conmigo lo que les había dado la gana, y yo   no tenía la necesidad de seguir gastando mi tiempo en personas así.

Iba ya de camino a casa, cuando, de repente, empezó a vibrar mi teléfono. Era Carol.

-Esta tía se cree que soy gilipollas o algo…- me dije a mí misma cabreada.

No sabía qué hacer.

¿Y si descolgaba y le decía todo lo hija de puta que había sido conmigo?

¿O seguirle la corriente hasta ver a dónde era capaz de llegar?

-¿Hola?

-Ehm, hola Marina, soy Tony.

Ya lo que me quedaba por escuchar en el día de hoy. ¿Carol y Tony estaban juntos? ¿Qué narices hacía Tony llamándome desde el móvil de Carol?

Y empecé a hilar todo…la llamada de Carol, cuando yo estaba en la casa de Tony para prevenirme, era mentira. Le daba igual. Era para hacerme creer que ella estaba de mi parte.

¿Entonces el embarazo de Carol era también mentira? Me sentía como una idiota, pero literal.

¿En qué me habían engañado más? Bueno, mejor dicho, ¿en qué no me habían engañado?

Respiré hondo y contesté.

-Hola Tony. Sinceramente, no sé cómo habéis podido jugar así conmigo. No hace falta que sigáis con esto, sé todo y  si en el fondo de todo esto ,os queda algo de dignidad, olvidádme. – Le dije aguantándome las lágrimas.

-Pero…¿De qué me estás hablando, Marina? Si yo…

Y colgué. No dejé a que dijera ni una palabra más.

 Y ,sin poderlo remediar,  todas las lágrimas que llevaba aguantándome, salieron a flote.

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24. Desde que supe que escribir era la forma más bonita de doler, no he parado de sangrar. Madriz.

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