Tenía muchas ganas de que llegara este día ya que me apetecía escribir de una manera sincera y profunda sobre el Grado en Periodismo que se imparte en las Universidades.
Gracias al Periodismo, todas las personas están informadas de los distintos acontecimientos que suceden a diario en el mundo; gracias al Periodismo, todo el mundo tiene un tema con el que entablar relaciones sociales con otras personas; gracias al Periodismo, existe la libertad de expresión. Todo esto, desde el correcto ejercicio de la profesión. Pero, ¿es equiparable el actual sistema educativo en relación a la profesión periodística? La respuesta es no.
Tras un gran y largo desplazamiento desde mis queridas y entrañables tierras andaluzas hasta la gran capital española, me adentré en lo que sería mi nuevo proyecto de vida personal y profesional. A día de hoy, he podido vivir -y sigo viviendo- muchísimas más experiencias de las que nunca había imaginado antes.
Las primeras semanas, nada más haber empezado el primer año en Periodismo, sentía una gran motivación e inmensas ganas de aprender, pero lamentablemente, no es oro todo lo que reluce.
Dejando hacia un lado la manera en la que los docentes desprestigiaban tu futura profesión, la nula calidad de enseñanza que poseían muchos de ellos, o cómo su egocentrismo y prepotencia aumentaba constantemente tras el transcurso de cada clase, había muy pocos aspectos que salvar y que realmente merecieran la pena. Tampoco quiero desprestigiar ni infravalorar todo porque no es así. Hay cosas muy importantes e interesantes que he aprendido y, sobre todo, puedo aplicar a mi día a día tanto a nivel personal como profesional.
Asignaturas como «Redacción periodística», donde uno aprende -o refuerza- su capacidad a la hora de escribir y redactar noticias; «Estructura social contemporánea», que gracias a ella, uno comienza a entender el funcionamiento del mundo y se da cuenta de que vive en un ‘Show de Truman’, como decía el profesor; «Fundamentos del Periodismo», se comienza a aprender lo esencial de la profesión como las fuentes, los gabinetes y agencias, entre otros muchos más. O finalmente, «Diseño de la información periodística», donde uno adquiere conocimientos para poder manejar programas de Adobe destinados a la maquetación de periódicos o revistas. Sin embargo, la parte negativa de esta asignatura era la parte teórica, creo que podríamos haber aprendido muchísimo más centrándonos única y exclusivamente en las clases prácticas.
No iba a disfrutar de la realidad del Periodismo hasta que me adentré en el mundo periodístico por mi propia cuenta. Comencé escribiendo en un medio de comunicación deportivo independiente, logré la publicación de un artículo en el diario Marca y llegué a ser colaborador en un programa de radio relacionado con el mundo del motor. Pero no sería hasta el 1 de febrero, inauguración de OFF Magazine, cuando realmente me iba a involucrar en un proyecto que, a día de hoy, me está haciendo ser partícipe de una manera «más directa y adyacente a la profesión periodística».
«Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida»
Confucio
He acudido acreditado a distintos actos, eventos y conciertos en los que actuaban importantes figuras públicas y conocidas a nivel nacional e incluso internacional. Esto era algo inimaginable por mi parte; no solo he estado cerca de ellos disfrutando y ejerciendo mi cometido, sino que además he podido entablar conversaciones con ellos. He entrevistado a políticos como Julio Lleonart. Además, he tenido el privilegio de entrevistar, en repetidas ocasiones, al periodista deportivo más importante que ha habido en España y principal referente para muchos que se inician en el periodismo deportivo; sí, hablo de Manolo Lama. Logramos crear una plataforma única y exclusiva para la revista, que fue la creación de OFF Radio. Pero si tengo que destacar algo, son las distintas personas y contactos que he ido conociendo. Aunque sé muy bien que todo esto es solo el principio y me queda muchísimo camino por recorrer.
Todo esto en tan solo nueve meses y en el primer año en el Grado en Periodismo -y más cosas que me dejo en el tintero-. Con un enorme esfuerzo que muy pocos han podido valorar o ser conscientes de la gran responsabilidad que posee uno al llevar a cabo proyectos de este talante.
¿Qué os quiero decir con todo esto? Simplemente que disfrutéis por vuestra propia cuenta. Tened claro que la Universidad no os va a proporcionar lo que es «ser» periodista. Pero ni aquí, ni en el 85% de los demás grados universitarios.