Opinión

La pureza lingüística

Los idiomas son algo curioso. Tengo una amiga que vive en Dublín. Ella es española y vive con su pareja, un chico de Milán. La semana pasada pasé unos días en la casa que ambos comparten y llamó mi atención cómo utilizan indistintamente sus idiomas natales y el inglés como si fueran una sola lengua. En una misma conversación podían hablar en español incluyendo palabras del inglés para después pasar a discutir en italiano. Llevo pensando en escribir sobre este tema desde hace un tiempo, pero esta escena que vi en Irlanda ha sido lo que más me ha convencido de que merece la pena que dedique mi reflexión de hoy a la “pureza lingüística”.

Últimamente me he dado cuenta de que hay una tendencia entre los eruditos de la lengua de nuestro país a despreciar todo lo relacionado con lenguas extranjeras. El inglés es el enemigo número uno y la RAE, claro está, es la vanguardia del ejército. Las armas, campañas publicitarias o artículos en los medios más influyentes. Así, los muy excelentísimos miembros de la Academia aseguran que los españoles somos “paletos” si incluimos anglicismos en nuestro lenguaje, y que llevar una canción en inglés a Eurovisión es “estúpido” y un “disparate”.

Es importante cuidar las lenguas. Creo que eso nadie se lo cuestiona. Los idiomas son una parte fundamental de la cultura del mundo y debemos preservarlos. Pero no se nos puede olvidar que una lengua no es un edificio o un cuadro. Los idiomas no se pueden guardar en vitrinas donde nadie pueda tocarlos para que no se manchen. No son una obra terminada que podemos exponer porque ya está perfecta. Y por supuesto que no podemos pretender que un idioma mantenga su pureza y no se contamine al estar en contacto con otros.

Las lenguas, además de cultura, son herramientas, y como tal, se utilizan constantemente. Se modifican y se cambian para adaptarse a la situación. Y se influencian entre sí. Tratar de conseguir lo contrario sería ir contra la naturaleza misma de las lenguas y se acercaría mucho, según lo veo yo, al racismo, sólo que en un campo lingüístico.

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¿Es indeseable la «contaminación» entre los idiomas? | Foto vía midphase.com

En el barrio más castizo de Madrid podemos escuchar cómo a alguien le han hecho un spoiler de Juego de Tronos. Y también podemos oír cómo nuestra vecina de Granada estuvo la semana pasada en una performance. Spoiler no tiene traducción al español, aunque lo más cercano sería el verbo “destripar”. Y una performance no es lo mismo que una “actuación”, una de sus posibles traducciones. Y tampoco pasaría nada si lo es.

Intentar controlar el lenguaje que hablan las personas es tan complicado como innecesario. La inclusión de palabras o expresiones inglesas no va a destrozar el español. Lo va a modificar y lo va a hacer evolucionar (esto es inevitable), pero no lo va a eliminar. No podemos ponerle vallas al lenguaje ni intentar que la gente deje de decir lo que no nos gusta que diga. Si utilizo palabras en inglés a lo mejor es porque no encuentro ninguna en mi idioma materno que quiera decir lo mismo. O a lo mejor no tiene los mismos matices. O quizá simplemente me gusta más cómo suena in English. ¡Qué más da!

Está claro que no hablo de una ley sin excepciones. Hay casos y casos. Pero creo firmemente que la función principal de las lenguas debe ser facilitar la comunicación entre las personas. ¿Por qué molesta tanto cuando en vez de una lengua uso varias? Mientras se entienda mi mensaje, creo que la lengua (o las lenguas) ha(n) cumplido su función. Y si he dicho performance en vez de “actuación”, creo que tampoco es un problema tan grave.

Adrián Jiménez
Estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual e intento convencerme de que me servirá para algo. Veo, escucho, escribo y trato de entender.

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