Festival: conjunto de actuaciones o representaciones dedicadas a un arte o a un artista que tienen lugar en un período determinado. Siempre ligaba este término a mis amigos y sus Viña Rock, Arenal Sound, Granada Sound. Pero esta vez me tocó a mí viajar al sur para empezar mi etapa festivalera a la vez que en Granada se inauguraba la primera edición del Festival En Órbita. En OFF Magazine ya hablábamos de los festivales que nos encontraremos este verano (Festivales imprescindibles para disfrutar este verano).
Me parecía una tontería estar nerviosa por algo así, pero es que a su vez significaba ver a grupos como Izal y Dorian por primera vez en directo, así que mis ganas eran inmensas. Y llegó el momento, una tarde de mayo, a más de treinta grados, un hombre ponía la pulsera en mi muñeca derecha.

Puede que mi opinión no tenga la fuerza que debe al ser mi primer festival, pero quiero decir que la dirección del En Órbita estuvo correctísima. El dinero se cambiaba por unos tokens que hacían mejor la organización a la hora de adquirir la bebida o la comida, además si al final te sobraban te devolvían el dinero. En ningún momento hubo alguna aglomeración que hiciera insoportable andar por la pista, si acaso en la barras, en las que se precisó de más camareros en algunos momentos.
Como ya he comentado, la tarde del sábado superaba los 30 grados y en la plaza de toros de Granada apenas había sombra, pues casi toda estaba en las gradas en las que el paso estaba cortado. Así que este es uno de los puntos a mejorar, porque el calor era tan insoportable que me vi obligada a salir a la calle en busca de una sombra.
Pero volviendo a lo que más me interesa, la música, no tengo ningún tipo de reproche porque el sonido y el espectáculo estuvieron para quitarse el sombrero. Operarios montaban y desmontaban escenarios sin que la espera aburriera. Y es en ese instante frente al escenario en el que sentí a toda una familia a mi alrededor. Comprendí entonces lo que significa la palabra festival. Todos compartiendo los mismos sentimientos e intereses musicales.
Éter, Nunatak, Carlos Sadness, Ángel Stanich, Full, Maga y Niños Mutantes se encargaron de llenar la tarde de música y baile. Para luego dar paso a dos momentos que ansiaba.
Izal abría con Copacabana su concierto y yo me quedé casi sin voz en las primeras canciones. No tengo palabras para describir lo que viví en cada canción mientras el cielo de Granada oscurecía. Saltaba agarrándome a las espaldas de desconocidos y cantaba como toda esa plaza a pleno pulmón. Qué bien, La mujer de verde, Los seres que me llenan, Pánico Práctico, Agujeros de gusano, fueron algunas de las canciones cantadas por Mikel. Lista en la que me faltó En Aire y hueso. “La voz del pueblo ha hablado: el puto baile”, así daba paso Mikel a la canción que cerraba y que hizo que toda la plaza se viniera abajo de tanto grito y salto, y con la que bañó de colores a todos los presentes. Fue mágico, único e irrepetible.

La noche había llegado y Dorian, con una espectacular iluminación ponía el broche final al festival. Me hubiera gustado que Izal hubiera sido el que cerrara, pero Dorian se encargó de hacerlo con un repaso a su último disco Diez años y un día. Nos deleitó y terminó con nuestras fuerzas al ritmo de Arrecife, El temblor, Verte amanecer, Paraísos artificiales, Los amigos que perdí, A cualquier otra parte y así hasta terminar con Tormenta de arena que nos cubrió de confeti blanco para afirmar que la noche fue más que especial.
Sin fuerza en el cuerpo y con la voz rota salí de la plaza de toros con la sensación de haber vivido uno de mis mejores días. Mi aprobación al En Órbita y agradecimientos a los que hacen de la música momentos como este. Desde ya con muchas ganas de volver, tantas que la próxima parada volverá a ser la misma, esta vez en el Granada Sound.