El regreso a las pantallas de Juego de Tronos ha vuelto a cumplir con las expectativas generadas, sobre todo en cuanto a cifras de espectadores. Y es que al estreno de la sexta temporada el pasado 24 de abril en EE.UU. asistieron un total de 10,7 millones de personas, guarismo que supera en 400.000 al último capítulo más visto de la serie.
La clave de este registro estuvo en las plataformas de streaming que HBO tiene para sus clientes, puesto que el visionado tradicional rondó los 7,9 millones, un grueso similar al de otras ocasiones. De este modo, dichas aplicaciones hicieron subir la audiencia en casi tres millones más. Hasta la fecha, el episodio más visto había sido el final de la quinta temporada, con 8,1 millones de visionados el mismo día y con un acumulado total de 10,3.
Para hacernos una idea del crecimiento de la saga de los dragones, en su estreno hace cinco años hubo un público de 2,2 millones que se convirtió en una media de 20 en la quinta temporada. Aunque también la piratería es protagonista, puesto que ya se han registrado más de un millón de descargas de último capítulo.
Mucha gente se pregunta constantemente dónde reside la receta del éxito de esta superproducción. Y lo cierto es que hay bastantes factores a los que atender, aunque una de las claves está en los escenarios de la serie. Por una parte nos encontramos con el cuartel general de grabación instalado en Belfast. Un total de seis naves, algunas con alturas de 30 metros, que forman entre sí 13.000 metros cuadrados donde el universo de Juego de Tronos toma forma. De hecho, pasear por allí nos transporta por todos los ambientes de los Siete Reinos. Aunque no se vive sólo de ese búnker, ya que el rodaje se desplaza habitualmente a exteriores. Muchas puntos de la geografía mundial como Islandia, Marruecos, España, Croacia o Malta ya se han hecho célebres como localizaciones de la serie. Y es que los decorados y escenarios nunca son una excusa para escatimar.
La complejidad de la trama, que comporta también una evolución constante de los personajes, es otro de los valores en la serie. De hecho, se invierte mucho en la caracterización, con muchos operarios implicados en detalles como la comida que aparece en escena, el barro, las hojas o ensuciar la ropa. Incluso artesanos del metal y el hierro se dedican a modelar armas, cascos y joyas que luego lucen ante nuestros ojos. El atractivo de la trama es tal que hasta los propios actores especulan en sus ratos libres qué será de sus personajes o cuál será el desenlace de la historia. Hay que recordar que la línea argumental ya ha traspasado la herencia que dejaron los libros.