DÍA 10
Estaba muy nerviosa. Mucho. Le tenía que contar a Carol algo importante y difícil de contar. También, por otro lado, Tony era mi amigo, aunque algunas cosas no las había hecho bien, pero seguía siendo mi amigo. Y era muy difícil estar en el medio de ambos. Más conociendo a una de ellas desde prácticamente toda la vida.
De repente, sonó el timbre. Ya no me quedaba más uña que morder.
–Hola Mar-me saludó Carol, algo sosa.
Se sentó con desgana en el sofá.
–¿Qué me tienes que contar?– dijo con seriedad.
La verdad que su pregunta no me la esperaba, al menos no de esa manera. Pensaba que empezaría hablando ella, y además, yo no tenía ni idea de lo que tenía que hablar conmigo.
–Prefiero que me cuentes tú primero.- le dije.
Carol estaba con la mirada perdida, y en verdad, nunca la había visto así. Algo importante tenía que decirme, estaba claro. Respiró hondo y segundos después, terció palabra.
–Estoy embarazada– dijo casi susurrando pero la pude escuchar perfectamente.
Lo que escuché fue como un jarro de agua fría, más que fría, congelada.
–¿Qué? No puede ser– reaccioné unos segundos después.
Y me senté con ella, a su lado. Le miré fijamente a los ojos y vi como poco a poco sus ojos se iban inundando.
-Que sí Mar, que me he hecho la prueba. No sé qué coño hacer. Yo no puedo hacerme cargo ahora de un niño. Que no. Que ni de coña.
-A ver, Carol, relájate. Perdona esta pregunta pero… ¿Quién es el padre?
-No te lo vas a creer cuando te diga quién.
-Venga, dime.
Notaba como sus rodillas temblaban cada vez más. Odiaba verla así.
-Es que… puff, es… Tony.
-¿Quéeee?
Me levanté del sofá de un salto y la miré. No me podía creer nada de lo que acababa que escuchar. Si me hubiera contado la cosa más surrealista del mundo me lo hubiera creído de primeras antes que creerme que Tony había dejado embarazada a Carol.
-Es que puff, no lo sé. Es todo muy confuso. Y él no sabe nada. Ni se lo pienso decir, no puedo- me contaba entre lágrimas.
-Pero a ver, a ver. ¿Cómo va a ser Tony? Si apenas os habláis.
Había demasiados temas ya abiertos y hasta yo misma ya no sabía qué era real o qué no. Quién decía la verdad o quién mentía. Esta parte de la historia era nueva para mí, y no sabía qué hacer. No era el momento tampoco para machacar a Carol con más información. Ahora lo que Carol necesitaba era saber que no estaba sola en esto y que iba a tener mi apoyo siempre tomando la decisión que tomase.
-Hace ya unas semanas que hablamos… No te he contado nada, y entiendo que te moleste que no lo haya hecho, pero es que ni yo misma entendía el por qué de todo ello, como para explicárselo a otra persona.
-No tienes que disculparte Carol. No tienes que contarme todo lo que haces o dejas de hacer. Aunque si tengo curiosidad por quién era el chico ese con el que te vi por el centro dando una vuelta. No te dije nada porque también es tu intimidad. Que si no me lo quieres contar, lo voy a respetar y voy a seguir siendo tu amiga, claro está.
-Era él, Mar.
-¿Quéee?
Era imposible que fuera Tony, por mucho tiempo que hubiera pasado sin haberle visto, le hubiera reconocido al instante. No sé por qué Carol me estaba mintiendo pero tampoco quise insistir.
–Sí, quedamos para dar una vuelta. Es que vosotros como hace tanto que no os veis pues seguro que no le reconociste…
No quería contarle nada de que Tony y yo nos habíamos visto. Claramente no era el momento. Así que decidí dejarlo pasar.
-Ya … Pero a ver , cuéntame todo desde el principio.