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La importancia de saber decir “me quiero”

Operaciones bikini, ejercicios para perder barriga o tonificar, alimentos que liberan toxinas, dietas que ayudan a perder dos kilos a la semana… A día de hoy, todo esto resulta algo cotidiano y normal. Pero cuidadito, porque de un pequeño grano de arena se puede hacer una gran montaña.

Vivimos en el siglo del «qué dirán», donde las apariencias son lo primero y la opinión de los demás es la brújula que guía nuestras vidas. El siglo donde el físico se antepone al resto y un buen cuerpo tira más que una mente privilegiada. El siglo de las comparaciones, la competitividad y la búsqueda de la perfección. Vivimos en el siglo XXI y, sin embargo, todavía no hemos aprendido a ser nosotros mismos.

El principal problema que plantea esta obsesión por querer ser perfectos es la aparición de inseguridades que nos lleva a estar descontentos con nosotros mismos. En ocasiones, esta ansia por llegar a ser los mejores supone problemas realmente graves.

Un claro ejemplo son los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), definidos, por la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), como “trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control del peso”.

Al oír hablar de Trastornos de la Conducta Alimentaria, inconscientemente pensamos en la anorexia y la bulimia. No obstante, el DSM-V reconoce más tipos de TCA como el trastorno por atracón, la ingesta compulsiva, la vigorexia o el TCANE, entre otros.

Estas enfermedades son graves pero se pueden curar siguiendo tratamiento con un equipo de médicos y psicólogos especializados en TCA. Son tratamientos largos y complejos, en los que es imprescindible el papel de la familia, pues su apoyo y colaboración son necesarios.

Las redes sociales tienen una gran influencia en esta materia. Hace un tiempo aparecía la moda del #thighgap o el conocido como hueco entre los muslos. Miles de adolescentes publicaban en sus redes sociales fotos presumiendo de contar con este hueco.

Después vino el #bikinibridge, un hastag que se volvió trending topic e iba acompañado de una foto en bikini tumbada boca arriba sin que la tela tocase la piel al quedar sujeta por los huesos de la cadera.

De la mano de estos, aparecieron el #bellybuttonchallenge (reto de tocar la parte izquierda del ombligo pasando el brazo derecho por detrás de nuestro cuerpo) y el #collarbonechallenge (consistente en colocar una ristra de monedas de céntimo en nuestras clavículas).

Por si con todo esto no era suficiente, el ultimo reto, procedente de china, es el #A4waist o #A4waistchallenge, una prueba que solo podrán pasar aquellas con menos de 21 cm de cintura, que es lo que mide el papel.

Portada libro “Clara frente al espejo”
Portada libro “Clara frente al espejo”

Desde OFF Magazine hemos tenido el placer de poder hablar con Belén Olías, la joven escritora de 20 años víctima de los prejuicios de la sociedad que, a día de hoy, continúa luchando por vencer una enfermedad tan dura como es la anorexia. Belén publicó, a principios de este año, su libro Clara frente al espejo, en el que explica la depresión y los trastornos de la alimentación desde su experiencia personal.

OFF Magazine: En primer lugar, ¿cómo definirías un trastorno de la conducta alimentaria o TCA?

Belén: Lo definiría como una enfermedad mental, que desgraciadamente tiene secuelas físicas muy importantes, que surge generalmente por una necesidad de retomar el control y la seguridad en nosotros mismos y en nuestra vida que hemos perdido. Cuando no conseguimos coger las riendas de las circunstancias que nos rodean o éstas nos superan por diferentes factores, creemos que aquello que sí está en nuestras manos, esa cucharada que nos llevamos a la boca, es lo que nos devolverá lo que nos hemos dejado por el camino.

O: Aunque existen muchos tipos de TCA y cada uno de ellos tiene sus características y peculiaridades, ¿hay algo común en todos ellos?

B: En mi experiencia sobre el terreno he observado que hay numerosos patrones que, si bien difieren en los matices, comparten una base parecida. La auto exigencia llevada al extremo, una personalidad perfeccionista e insegura, falta de confianza en uno mismo, necesidad de cumplir con unos roles que la sociedad impone como imprescindibles para poder aceptarnos o gustarnos, una gestión emocional difícil, traumas no resueltos. Muchos de estos aspectos están presentes en la mayoría de historias de pacientes que he tenido la oportunidad de conocer o ver. Control y control, ese es el quid de la cuestión. Se trata de intentar evadirte de tu dolor interior para centrarte en el físico, encontrar una solución a esa infelicidad, algo que suponga una respuesta a esa insatisfacción con uno mismo.

O: Basándonos en la creencia general de que siempre hay un “culpable” que hace que una persona padezca esta enfermedad; y teniendo en cuenta que muchos médicos y psicólogos señalan que no se debe a una sola causa, sino que es algo multifactorial. ¿Qué es realmente lo que provoca que se desencadene un TCA?

B: Considero que el desencadenante puede ser cualquier circunstancia por nimia que pueda parecer. Una mirada, un simple comentario en el momento menos indicado, un gesto. Cualquier cosa puede valer para que esa persona que ha cultivado en su mente la idea de que no es válida, que no es merecedora de cariño o amor, que llega a sentir verdadero asco por sí misma, reciba el impulso necesario para prender esa mecha en su interior. En muchas ocasiones intentamos convencernos y ofrecernos excusas o razones ilógicas para continuar haciéndonos daño.

O: Supongo que muchas veces habrás oído decir que la anorexia, la bulimia y los demás trastornos de la alimentación son “una tontería de niñas” y que se pasan con la edad. ¿Qué opinas acerca de esto?

B: Opino que hay demasiada desinformación y falsas creencias acerca de este tipo de enfermedades. Mucha gente tiene o ha tenido cerca algún caso, pero es más sencillo y menos doloroso quitarle importancia que tomar conciencia de la verdad. En algunos casos es desconocimiento, en otros una manera de intentar taparse los ojos como método de protección. Sin embargo, los monstruos no desaparecen haciendo parecer que no los vemos.

O: Podrías explicarnos por qué una enfermedad relacionada con la comida y la obsesión por estar delgado/a puede llegar a afectar a la socialización, los estudios, las relaciones personales…

B: Es cierto que es una enfermedad relacionada con la delgadez, pero es así porque el paciente busca un canal mediante el cual cumplir una serie de expectativas que cree se ciernen sobre su cabeza, sin las cuales considera que no podrá quererse o aceptarse a sí mismo porque nadie lo hará. Cuando llega ese punto de la enfermedad en el que piensas que nadie te quiere, te desprecian y además crees que lo entiendes o que aquellos que te hieren tienen razón, te encierras en ti mismo. Muchos se vuelcan en los estudios para continuar con esa exigencia en todos los aspectos de su vida. Descuidas las relaciones con amigos y familia, bien porque crees que no los mereces, bien por inseguridad, bien por rencores guardados que no sabes sacar a la luz, bien por una necesidad de castigarte a todos los niveles posibles. Cada enfermedad es un mundo porque cada persona así lo supone.

O: ¿Crees que la curación de este tipo de trastornos se alcanza cuando el paciente llega a su peso saludable, o hay algo más?

B: La curación, salvando los límites en los que la salud está en peligro, no reside en la báscula. Una persona puede tener sobrepeso y sufrir anorexia, por ejemplo. Lo que normalmente no se conoce es que esta enfermedad es mental, se trata de los mecanismos que utiliza tu mente para reaccionar a las situaciones que la vida te presenta y cómo las gestionas. Por poner una circunstancia práctica: a una chica que sufre de anorexia se le presenta una fiesta en la que no conoce a nadie pero a la que no puede faltar, ninguna excusa es válida para no ir. Su manera de afrontar ese miedo común a no encajar o a quedarse sola lo aborda mediante un ayuno severo los días de antes. Con esto, ella pretende sentir una seguridad en sí misma basada en la creencia de que las personas delgadas son mejor aceptadas en la sociedad. Esta chica podría tener un peso saludable, pero son sus conductas las enfermizas.

O: Para terminar, ¿cuál es tu postura ante el papel que los medios de comunicación, la publicidad y las redes sociales ejercen en la sociedad?

B: Me sigue asombrando a día de hoy la cantidad de información insana que circula por internet o los medios de comunicación. En una cantidad enorme de revistas dirigidas especialmente a mujeres jóvenes podemos encontrar en una página, una dieta absurda que consiste en limitar la variedad o cantidad de alimentos que tomas; en otra, un anuncio sobre una crema reafirmante para poder “lucir a gusto” el bikini en la playa; y en medio de las dos, el mensaje “quiérete a ti misma”. ¿Cómo conseguimos que las mujeres que son atacadas con estos mensajes, muchas de las cuales son adolescentes, adquieran esa seguridad en sí mismas si cada día ven que para poder gustarse tienen que parecerse a las imágenes llenas de Photoshop o enfermedad que les bombardean las retinas? La sociedad la hacemos todos, y hasta que no nos reeduquemos y todos nos tomemos en serio este tipo de trastornos, cada año seguirán enfermando más y más personas.

Llegados a este punto, me planteo, y os planteo, la siguiente pregunta: ¿cuándo dejará de importarnos la opinión de los demás? Mi respuesta, en forma de consejo, es que no esperéis a que llegue algún científico o matemático con una fórmula mágica que nos enseñe a querernos, porque es más sencillo que todo eso. No es cuestión de magia, sino cosa de uno mismo. En el momento en que sepamos valorarnos por lo que somos y no por lo que no somos, ese instante en el que seamos capaces de mirarnos al espejo y decir “me quiero”, será cuando empecemos a ser nosotros mismos y, sobre todo, a ser más felices.

Paula Pastor
Periodismo UCM. Redactora en HOLA y en las revistas La Huella Digital y OFF Magazine. También puedes leerme en mi blog: paupas.blogspot.com.

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