Opinión

Todos los días son 8 de marzo

«Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas»

 Mary Wollstonecraft

Hoy es uno de los días más bonitos del año. Y, sin embargo, ojalá no existiese.

Seguramente estéis pensando que me contradigo, pues si se trata de uno de mis días preferidos, ¿por qué voy a querer suprimirlo del calendario? Pero aunque parezca incoherente, os prometo que tiene su lógica.

Desde hace poco más un siglo comenzó a celebrarse, cada 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. El origen de esta conmemoración se encuentra en 1910, cuando se aceptó una proposición realizada por la Internacional Socialista, reunida en Copenhague, que proclamaba esta fecha en homenaje al movimiento en favor de los derechos de las mujeres. Dicha propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finlandés.

A primera vista, resulta estupendo que exista un día que recuerde la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Es genial poder concienciar a la humanidad de la subordinación de la mujer respecto al hombre e invitar, a todos y cada uno de los habitantes del mundo, a colaborar en la lucha de la igualdad de género. Asimismo, este acontecimiento sirve como monumento conmemorativo a todas aquellas guerreras que han logrado que, a día de hoy, el mundo sea un poco menos machista.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y aquí viene la parte que yo considero negativa. Os habéis preguntado ¿por qué existe este día? Voy a daros una pista. El Día Mundial Contra el Cáncer existe porque, desgraciadamente, cada vez son más los casos de esta enfermedad detectados en nuestra sociedad; el Día Mundial de las Personas con Discapacidad existe porque miles de personas sufren diferencias que les obligan a enfrentarse a grandes barreras para que se las incluya en aspectos sociales clave; el Día Mundial Contra el Sida existe porque este síndrome de deficiencia inmune adquirido (SIDA) afecta a gran parte de la población mundial, etc.

Entonces, blanco y en botija, ¿por qué aparece el Día Internacional de la Mujer? Ahora me diréis que porque hay mujeres. A lo que os respondo: “Si también hay hombres, ¿por qué no se festeja el Día Internacional del Hombre?”. Como ya he señalado anteriormente, el Día Internacional de la Mujer es un acto de celebración de los logros conseguidos y de reivindicación de todo aquello que falta por conseguir. A diferencia de nosotras, ellos no tienen que luchar por su supeditación frente al género femenino. Así pues, sería perfecta la «no celebración” del Día de la Mujer, pues significaría la inexistencia de diferenciación por sexos. A lo que añado que no solo hay que demandarlos derechos de las mujeres una vez al año, sino durante los 365 días que tiene este.

He vuelto a irme por las ramas, pues este tema me hace sacar mi lado más feminista, pero lo que quiero decir con todo esto es que el Día de la Mujer existe porque la discriminación del género femenino, la subordinación al hombre y la violencia machista, por desgracia, también existen. He aquí la respuesta a por qué preferiría que este día no hubiera nacido nunca.

Otro aspecto que me parece realmente importante, aprovechando que estamos hablando de este tema, es la ignorancia que muchos y muchas tienen sobre lo que es el feminismo. El feminismo no es el antónimo del machismo, no busca la superioridad de la mujer frente al hombre. El feminismo es, en palabras de la Real Academia Española (RAE), la “ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”.

A esto es relevante añadir que, para que este movimiento pueda tener una repercusión significativa, no solo nosotras tenemos que apoyarlo, sino que los hombres también han de hacerlo. Ser feminista no es solo cosa de mujeres, es cosa de todas aquellas personas que consideren que la discriminación por motivos de sexo no debería existir.

No voy a negar que la sociedad ha ido evolucionando bastante en este tema pero sigue sin ser suficiente. En lo que va de año, y nos encontramos a 8 de marzo, son once las mujeres que han perdido la vida en manos de sus parejas. Ser madre trabajadora continúa resultando, para muchas, una tarea complicada a día de hoy. Todavía no hemos conseguido que dejar de ser un objeto en diferentes ocasiones y contextos. Aún en pleno siglo XXI, tendemos a pensar que algunas profesiones no son aptas para mujeres. Y así, miles de cosas más. ¿No os hace todo esto daros cuenta de que algo va mal? El cambio se encuentra en todos y cada uno de nosotros/as, y sumarte a él depende de ti.

Para finalizar, aquí os dejo un fragmento de uno de mis poemas favoritos, “Carta al invierno” de Irene X, que considero oportuno para la ocasión:

“Verás, soy mujer. Y dejo que las mariposas se suiciden cada veintiocho días, y sufro el dolor de quien pierde un hijo durante cuatro (…) Soy mujer,  amante, amiga, hermana, compañera, puta, musa, enemiga, deseo, nieta, confidente y pequeña, entre otras personas, animales o cosas tontas. Soy mujer;  dime qué coño tengo que envidiarle a la puta primavera.”

Paula Pastor
Periodismo UCM. Redactora en HOLA y en las revistas La Huella Digital y OFF Magazine. También puedes leerme en mi blog: paupas.blogspot.com.

2 Comments

  1. ¡Qué buen artículo! ¡Y qué bien escrito! Enhorabuena Paula Pastor, espero seguir leyéndote por aquí. Ánimo con Off magazine chicos, me tenéis enganchada.

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