Seguro que al menos una vez en la vida has sentido la magia que desprenden la música y la literatura, pero ¿qué ocurre cuando ambas se fusionan?
La literatura es la musa a la que muchos músicos recurren, porque supongo que sabréis que existe cultura musical más allá de la Playlist de Mujeres y Hombres y Viceversa de nuestro queridísimo Spotify.
Por ello, hoy quiero mostraros algunos de los ejemplos en que música y literatura se dan la mano y se aprovechan entre sí.
- Pet Sematary – Cementerio de mascotas
Stephen King había declarado su predilección por la banda, llegando incluso a confesar que en sus obras citaba frases de sus canciones. Corre el rumor de que los Ramones para devolverle los halagos compusieron Pet Sematary, que además de basarse en dicha novela de Stephen King, formó parte de la banda sonora de la versión cinematográfica de esta.

- Big brother – 1984
Big brother, 1984 y We are the dead son algunas de las canciones incluidas en el álbum Diamond Dogs de David Bowie que tienen como inspiración la obra de George Orwell. Al parecer, Bowie quedó embelesado por la obra de Orwell y planeó un gran musical basado en la novela que no vio la luz puesto que la viuda de Orwell no lo permitió.

- Scentless Apprentice – El Perfume
Nirvana se sirvió de la novela de Patrick Süskind como inspiración ya que Kurt Cobain quedó impresionado al leerla. En ella, el protagonista se obsesiona con la creación del perfume perfecto aunque ello signifique convertirse en un asesino en serie.
En 1993 Cobain admitió en la revista Spin que se sentía identificado con el personaje principal por su fascinación por los olores, y que incluso querría llegar a tener su propia perfumería algún día.

- Hay amores – El amor en los tiempos de cólera
Sí, señores, antes de escribir canciones ininteligibles hubo una época en la que las canciones de Shakira tenían letra coherente. La guapa colombiana se inspiró en la obra de Gabriel García Márquez participando a petición del autor en la banda sonora de la película que lleva el mismo nombre.

- The Ghost of Tom Joad – Las uvas de la ira
Bruce Springsteen compuso la canción que daría nombre a su undécimo álbum, The Ghost of Tom Joad, inspirándose en la transgresora novela Las uvas de la ira de John Steinbeck.
En una entrevista The Boss declaró:
“Mi vida fuera de la música fue muy vulgar hasta que un día alguien me recomendó Las Uvas de la ira, una película de John Ford que pasaban aquella noche por la tele. En América, cuando pasan una película en blanco y negro todo el mundo cambia automáticamente de canal. Yo mismo había cambiado de canal varias veces al principio de Las Uvas de la Ira, pero aquella noche la vi y esa película despertó mi curiosidad por enterarme de las cosas, por leer libros, ver películas. Comencé a ver todas las películas de John Ford, los westerns y todo eso, y me enseñaron mucho más sobre la historia de mi país que todos mis años de escuela juntos”

- Alicia (expulsada al país de las maravillas) – Alicia en el país de las maravillas
Las letras del compositor español Enrique Bunbury se caracterizan no solo por ser complejas, sino también por sus continuas referencias literarias. En este caso, Lewis Carroll se convierte en la fuente de inspiración para uno de los primeros éxitos de Bunbury como solista.
También le han servido de inspiración poetas como Rubén Darío (Que el amor no admite cuerdas reflexiones) o William Blake (en El camino del exceso de Héroes del Silencio).

- Pigs (Three Different Ones) – Rebelión en la Granja
Pigs (Three Different Ones) es probablemente la canción más influyente del disco Animals de Pink Floyd, un disco basado íntegramente en la obra maestra de George Orwell. La intención del grupo fue más allá de posicionar el disco entre los primeros lugares de las listas, el mensaje de cada canción iba acompañado de una ideología subyacente basada en la sublevación ante el sistema, tal y como ocurre en Rebelión en la granja.
