Recuperemos nuestra vida social
Quinientos seguidores en Instagram, seiscientos amigos en Facebook, mil suscriptores en YouTube, doscientos contactos en Snapchat, Twitter, Vine o Tumblr.
Da igual dónde sea y cómo los llamemos, no importa cuántos tengamos ni que no conozcamos a las tres cuartas partes de ellos, siempre vamos a querer que el contador tenga más y más.
Deseamos que personas que ni siquiera nos importan nos den su aprobación, una aprobación tan subjetiva como innecesaria.
Pero, ¿qué ocurre cuando el número de aprobaciones va subiendo cada vez más? Pensamos, ¡Dios, que popular soy, podré llegar a ser la nueva Kardashian!

Nos obsesionamos con que nuestras fotos y vídeos gusten, nos importa un carajo a quién y a qué precio.
Es indescriptible la sensación de subir una foto a Instagram y que durante dos o tres días la aplicación no pare de tener actividad. Nos sentimos genial, creemos que gustamos e incluso que las personas que nos dan al «corazón», nos comentan o nos siguen, nos tienen envidia por ser tan maravillosos. Nuestro ego va subiendo como la espuma con cada «like».
Pero, ¿pasados esos tres días que ocurre? Volvemos a la realidad, nos damos cuenta de que esos seguidores no llenan nuestro vacío, no son nuestros amigos, es más la mayoría ni siquiera nos saludarían si nos vieran por la calle.
Pasado ese tiempo Instagram solo sirve para ver las fotos de esos extraños y hacerles sentir como nos sentimos tiempo atrás. Está claro que ya no es lo mismo.
¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo podemos volver a llenar esa soledad? Lo único que se nos ocurre es subir otra foto que con suerte llegue a gustar mucho más que la anterior.

Es un maldito bucle que se repetirá eternamente. Gustar, gustar y gustar es todo lo que nos importa.
Pero yo ya estoy harta, harta de esta rueda infinita. Nunca nos saciaremos siempre querremos más y más.
Mientras esto sea así nos estaremos olvidando de lo que realmente importa: vivir nuestra vida.
¡Es hora de recuperar nuestra vida social!
Si recuperarla significa renunciar a estar a la moda, al día o como los demás quieran llamarlo, creo que podemos vivir con ello.
Tener muchos amigos en las redes no significa que tengamos vida social, lo único que significa es que le estamos dando nuestro tiempo e importancia a algo que no tiene ninguna.
Y si de verdad necesitamos la aprobación de alguien para sentirnos mejor, que sea de alguien que nos importe. Si de verdad queremos salir, salgamos sin tener que demostrar lo bien que lo pasamos. Si de verdad queremos disfrutar comiendo, comamos sin tener que mostrarle el menú a personas que no lo van a probar.
Si de verdad queremos vivir libres, vivamos sin tener que estar atados a una red social.