Muchos son los lugares que la gente ignora, que desconoce porque nunca lo ha visitado o porque directamente ni sabían que existían. La mayoría de las personas ni se plantea que tipo de vida crece en estas tierras, tampoco son conscientes de su increíble belleza que está más allá de la vista panorámica de tu ciudad.
Pero, por desgracia, la pobreza oculta sus nombres convirtiéndoles en sombras insignificantes y en tierras secas que gritan agua. Por eso, hoy os voy a mostrar el alma de este lugar que lo hace tan especial.

Kenia se encuentra situado en el este africano haciendo frontera con Etiopía, Somalia, Tanzania, Uganda y Sudán del Sur. Las zonas montañosas esconden poblados, pequeños poblados en los que habitan y crecen culturas de todos los tamaños y colores. Y se divide en varios distritos, cada cual más diferente, en el que viven infinidad de animales.
Un lugar que lleva vivo 3 millones y medio de años, donde las ansias de aprender son superiores al índice de alfabetización y donde las ganas de vivir superan la esperanza de vida de 46 años. Los ojos de un niño nunca llenaron tanto, el sentimiento está fuera de lo que nosotros llamamos normal.
Numerosos voluntarios y ONGs ayudan a las personas de este país proporcionando pozos, enseñanza, medicamentos, comida… El turismo también ha servido de gran ayuda en su economía, facilitando excursiones de Safari, acampadas en mitad de la sabana (¡Qué mejor manera de levantarse que con un león rodeando tu tienda!) o compartiendo lenguas con su gente.
Es conocida por su biodiversidad y hablan dos idiomas: el inglés y su lengua materna, el suajili. Es un espacio totalmente natural, salvaje y lleno de vida, un lugar más que hay que ver antes de morir.
Después de disfrutar del mundo que hay en ella, observa sus maravillosos paisajes acogidos por su enorme sol, que brilla por y para ellos. No puedes irte sin visitar el Poblado Masai, para aprender un poco más de ellos; el Lago Nakuru, cuyo escenario es el más espectacular que se puede ver en Kenia, donde los protagonistas hacen que el lago tenga un tono rosado, o visitar las Playas de Lamu, situadas en una isla cercana a la costa de kenia.

En definitiva, este país que tanto se parece al hogar del Rey León, nos conquista con su espectáculo de la naturaleza, con la forma en la que consigue que hagamos de ella nuestro segundo hogar, que queramos volver y sobre todo, porque consigue que queramos vivir esta vida intensamente en manos de la música que hacen los pájaros al volar y el silencio de los leones al cazar.
Hakuna Matata.