Literatura

Días contados #3

DÍA 3

Yo seguía en shock.

Habían pasado ya unos minutos desde que había leído su mensaje y aún no sabía qué contestarle, o si hacerlo siquiera.

Pensé que a lo mejor era el momento de irme a dormir y pensar todo más fríamente al día siguiente. Nunca es bueno hablar en caliente ni mucho menos tomar decisiones.

Así que opté por hacer eso. Cerré los ojos y deseé conciliar pronto el sueño.

Al día siguiente, cuando desperté, no os voy a engañar, alcancé el móvil de la mesilla lo más rápido posible para ver si tenía algún mensaje suyo. Llamádme loca, pesada, paranoica. Pero todos lo hemos hecho alguna vez.

Negativo. Ningún mensaje. Ni una llamada ni nada. Decidí tampoco darle mucha importancia.

Mientras me preparaba el desayuno, pensaba una y otra vez qué contestarle. ¿Era verdad todo lo que me había dicho en el mensaje? No me fiaba demasiado, la verdad. Pero por otro lado, me gustaba la idea de que fuera así.

Todo esto, lo de @joy88 no se lo había contado a nadie.  Ni amigos, ni hermanos, ni nadie.

Me dirían que estoy ida de la cabeza y eso es algo que yo ya sé.

¿Y si en verdad se me estaba yendo demasiado de las manos todo ello? No sé. Pensémoslo fríamente. Un tío que está tremendo se interesa en mí o eso parece, aun teniendo a miles detrás. Nos tiramos horas y horas hablando. Un día desaparece del mapa, rechaza mis llamadas pero otro día me llama él a mí y me deja cierto mensaje. Yo mientras a todo esto, sin saber qué hacer. Si mandar todo a la mierda y volver a mi vida de siempre, en la que nunca pasa nada. La verdad es que es para pensarlo fríamente, sí.

Por cierto, el mensaje fue así:

Perdón. Perdón por todo. He sido muy cobarde todo este tiempo. Tampoco sabía bien cómo decir las cosas. En verdad, lo tuyo al principio fue un juego para mí. Lo típico. Hablas a una tía, le sigues un poco el rollo, le dices todo lo que quiere escuchar y la tienes en tu mano. No sé. Siempre me gustó ese plan.  He sido un cobarde lo sé. Esa imagen es en la que me he camuflado todo este tiempo. Me he protegido de la realidad con ella aunque te parezca mentira. He sido mucho tiempo el débil y no quise volver a serlo. Y es ahí cuando empecé a cambiar. Y está claro que no fue el cambio correcto. He de decirte que contigo siento la necesidad de desprenderme de esa coraza que no lleva a ningún lado. 

Tampoco sé bien explicar lo que sentí exactamente a leer cada palabra. Algunas veces sentí rabia, rabia de haberme sentido utilizada. Otras veces esa rabia se convertía en una sonrisa. Era un vaivén que parecía no poder quedarse en un punto fijo.

De repente, me llegó un WhatsApp.

Y no, no era de @joy88. Pero sí de alguien que parecía conocerle a él.

vivirtenpoesia
24. Desde que supe que escribir era la forma más bonita de doler, no he parado de sangrar. Madriz.

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