Victoria Ash: “La poesía es lo que te hace sentir y te conmueve porque lo estás viviendo”
[Con la colaboración de Sara Martín García]
Victoria Ash es una carismática escritora de poesía moderna. Granadina de ‘acento y corazón’, como ella se define. Tiene en el mercado dos libros: ‘La culpa es de las musas’ y ‘Detrás de la piel’. Verso y prosa que recitan todo lo que esconde detrás de su piel. Desamor, amor, vida y sueños.
Se atreve con todo. Y ha encontrado en Irene G Punto y Loreto Sesma la compañía perfecta para gritar que la ‘poesía es nombre de mujer’. Y bailar así sus versos a los lectores para que la lean a corazón abierto.
Es una niña traviesa convertida en mujer que encuentra la inspiración en la vida. El amor irradia de sus pupilas. Y deja en la piel tantas emociones que te convierten en poesía.
Pregunta. ¿Cuándo y cómo Victoria Ash empezó a escribir poesía?
Respuesta. Si quieres decir públicamente, hace muy poco. Empecé el blog hace un año y medio, más o menos. Si decimos de verdad, que es cuando uno empieza a escribir, creo que casi desde siempre. Cuando perdí a mi padre de pequeña, encontré en la escritura una forma de expresión y pensaba que escribía algo con poca validez. A partir de una historieta amorosa, empecé a enseñarle a mi pareja lo que escribía, ya que le gustaba mucho la poesía como a mí. Y le gustó. O sea que, realmente, de escribir y que sea consciente de ello, hasta hace muy poco.

P. ¿Quiénes han sido sus referentes en el mundo de la poesía?
R. Si tengo que citar clásicos pues, evidentemente, Neruda, Benedetti o Becquer. Sé que a veces despreciamos un poco lo moderno pero bueno no tienen la trayectoria que han tenido los demás, pero me parecen increíbles Elvira Sastre, que es mi referente base, Carlos Salem, Escandar Algeet o Loreto Sesma, fíjate tú, es menor que yo pero es otro referente.
P. Hay un sector de la ciudadanía que cuando le hablas de la poesía moderna dice que eso no es poesía. ¿Cómo lo ven y viven ustedes? Porque, por ejemplo, ¿usted se considera poeta?
R. Yo me considero poeta. Para mí la palabra poeta y poesía es muy grande. El que diga que no soy poeta, tiene razón y el que diga que son o soy poeta, también, porque, al final, la poesía ¿qué es? ¿seguir una métrica, una rima asonante? Es eso que te conmueve. Si esto te emociona, pues es poesía porque tú lo estás viviendo así. Te está haciendo sentir, que me parece el fin de la poesía. Realmente, lo más emocionante de escribir es que otros te lean y se vinculen a ti por un sentimiento, que le toque el corazón.
P. ¿Podemos decir que la poesía es la revolución del ahora?
R. Sí. A parte, me gusta pensarlo así porque creo que estaba muy olvidada al ser algo impuesto en el aula. No es lo mismo decirte que tienes que leer, que te digan que descubras con quién sientes afinidad, qué es lo que te gusta, qué es lo que te conmueve. Es una percepción muy distinta y una aproximación a la poesía muy diferente. Gracias a las redes sociales y a la compartición de contenidos se ha hecho famoso algo que es increíble. Para una cosa buena que tienen, vamos a decirlo bien alto. Por ejemplo, junto con otras poetas y cantautoras, estoy haciendo un espectáculo llamado Poesía es nombre de mujer. El que te escriban niños de 14 años preguntándote si pueden entrar menores, niños que están iniciados en la poesía, se considere lo que yo hago como tal o no, pero que te leen, es algo increíble. O sea que sí, es una revolución y vivan las revoluciones. Ojalá cambiemos cosas a partir de ahí, que el mundo se cambia con las pequeñas cositas y con los detalles. Y, la poesía, yo creo, que los tiene.
P. ¿Se nota desde vuestra piel ese éxito y boom poético?
R. Ahora es conocida y de repente un recital de poesía tiene colas para entrar como si tocara un grupo de rock. En Granada, que yo soy de allí, se hizo el espectáculo en el café La Tertulia y vino un vecino a preguntar qué había allí porque nunca habían visto tanta aglomeración de gente. Eso no tenía cabida. Antes no estaba en las librerías y, de repente, te encuentras un stand dedicado a la poesía. Pues sí, es increíble que haya, no digamos éxito porque no da para vivir ni mucho menos, pero sí esa aproximación a ella, que cumple sueños y penetra en la gente, sobre todo, en adolescentes.
P. Entonces, muchos de vuestros “éxitos” los ha dado Internet, ¿no?
R. Internet es una ventana que te da visibilidad pero el éxito no es gracias a, sino que hay mucha gente con talento. A lo mejor no tendríamos voz y no habría habido esa revolución que ha tenido lugar gracias a esto, pero es solamente una ventana. Desgraciadamente creo que va haber un coladero. No pueden convivir en el mercado trescientos mil autores, es insostenible, pero, dentro de eso, creo que algo va a quedar. Y muchos de esos talentos van a estar ahí porque la gente quiere escucharlos, que es lo más bonito de todo. Tienes algo que decir y hay alguien que te quiere escuchar.
P. Y, además, para las editoriales está siendo también bueno. ¿Usted eres pro libro de editorial o auto edición?
R. Me he planteado las dos cosas. Es verdad que he tirado por editorial porque tengo otro trabajo y es muy difícil llevarlo todo para delante. Respeto a la gente que se ha auto editado, porque alguien no les ha dado la oportunidad y les da igual pero quieren que su voz se escuche. Ante esto, me quito el sombrero. Es muy complicado y, es verdad, que una editorial te da una presencia en el mercado que de otra forma puede que no tengas. Las redes sociales las puedes aprovechar, pero estar en la librería, que al final es el punto de venta físico, ayuda mucho, ya que es otro escaparate. Puedes vender online pero no llega a la misma gente, se reduce tu target. Yo, en este momento, por mis circunstancias, soy pro editorial. La distribución también es mejor. La auto edición es la vía perfecta para quien quiera lucrarse, pero yo lo que quiero es llegar a la gente. Prefiero que me lean. Hay miles de pros y contras en ambos lados. Así que yo abogo por los dos, de lo que soy más es del autor y del libro, del material y, sobre todo, del lector. Lo que sea más fácil para mí y para él, para llegar.
P.¿El Ministerio de Cultura está ayudando mucho a las jóvenes promesas de la poesía?
R. Yo no siento esa ayuda, ¿tú ves que el IVA se corresponda con lo que debiera ser? Digo en cultura en general. La repercusión que debería tener la cultura en un país es muy grande, ya que son los cimientos. Abogar y querer un país culto, que luche por sí mismo, que se defienda. Pero, claro, un pueblo culto y sabio es un pueblo que no se puede manejar. Yo no siento ese apoyo.
P. Tiene “La culpa es de las musas” y ahora, “Detrás de la piel”, ¿por qué un libro de relatos?, ¿qué hay “Detrás de la piel”?
R. Soy una temeraria. Soy escritora de poesía y saco un libro de prosa. En un principio, escribía relatos pero nunca había enseñado nada a nadie. Escribí Recuerdos, que está dentro del libro Detrás de la piel, para un concurso pero no llegué a tiempo para presentarlo. A pesar de todo, me gustó y seguí haciéndolo. A raíz de esto, empiezo mi blog. En esos momentos, sentía la necesidad de escribir poemas, que era lo que me ayudaba a desahogarme con lo que estaba viviendo. Y esto fue lo que más repercusión tuvo, pero lo que quería publicar primero era un libro de relatos y continué con la idea. Detrás de la piel es otra forma de entender la poesía porque es lírica y creo que el que me siga, me va a ver también reflejada en este libro. Al final, es sentimiento lo que tenemos detrás de la piel.
P. Antes ha comentado algo sobre tu nuevo proyecto, Poesía es nombre de mujer, y, con ello, la gira que estáis haciendo, ¿cómo surge todo esto? ¿Cómo deciden juntarse para enseñar vuestra poesía a todo el mundo?
R. Como todas las cosas bonitas, por casualidad. Conoces a personas bonitas y te apetece hacer cosas con ellas. Conocí a Irene G Punto en el Aleatorio Bar y hablando decidimos que queríamos hacer algo compuesto por mujeres. No había un elenco de mujeres que se uniesen e hicieran poesía. Los hay por separado. Y dijimos ¿por qué no? ¿por qué vamos a estar calladas o en un segundo plano? la voz de mujer tiene mucho que decir. Poesía es nombre de mujer tiene un vestuario y una estructura establecida que seguimos. Es como una réplica de la parte masculina. Un guiño muy bonito. Los chicos siempre recitan con sombrero y nosotras nos lo quitamos. Ante ellos, y ante quien quiera escucharnos.
P. ¿Qué valoración nos podría dar de lo que estás viviendo hasta ahora? ¿Cómo se siente?
R. Llena. Trabajar en otra cosa que no es la literatura es mi modo de supervivencia. Es el dinero que yo consigo para sobrevivir y para seguir haciendo lo que de verdad quiero. Hay veces que me acuesto a las dos trabajando, que no es lo mismo que haciendo mis cosas de poesía. Todo lo que tenga que ver con la poesía, no es trabajar. Pero no lo puedo hacer en un horario normal porque tengo que compaginar las dos cosas. Aunque ese es el momento bueno del día. El poder hablar de poesía, de poemas. Gente que te pregunta acerca de ellos porque los han sentido. O yo que me ponga a escribir en un momento.
P. Todo es culpa de las musas pero ¿podría haber poesía sin musas?
R. ¿Cómo inspirarse entonces? Es cierto que le puse ese nombre a raíz de un desamor pero, siempre digo que, seguramente, es mi recorrido, es una cosa de personalidad. Para mí hay dos tipos de musas: unas, que en el intento de amarte te acaban hiriendo, y otras, que hacen de este mundo un lugar mejor. Entonces es imposible que la vida no te inspire. Al final, eso es vivir, ¿no?
P. Hay gente que siempre escribe desde el dolor. Por ejemplo, he leído hace poco algo de Loreto que decía que las cosas que te rompen, por así decirlo, es lo que te incitan a escribir. ¿Qué piensa sobre esto?
R. Depende del momento de la vida en el que me lo preguntes. Siempre he creído que iba a escribir desde el desamor. Mi madre siempre me decía que le gustaba lo que escribía pero que siempre era triste. Yo le contestaba que podía escribir desde el desamor, pero siempre con un fondo. Aunque intento abogar siempre por lo positivo, porque soy así. Siempre he defendido que lo malo lo escribo porque lo bueno, el amor, lo vivo. Estás tan ocupado sintiendo, queriendo y haciéndole el amor, tanto literal como metafórico, a la otra persona que ¿cómo me voy a parar a escribir esto? si lo que quiero es vivirte y no perderme ni un segundo. Ni cuando cierras los ojos. Yo quiero estar mirando y decirte que quiero estar contigo. Pero lo malo que es cuando esa persona no está a tu lado, cuando estás sola con tu soledad y, encima, latigándote a ti misma, necesitas escribirlo. Necesitas una vía de escape. Sentirte mejor, encontrarte contigo misma. Al final, la poesía es un diálogo. Te hace pensar en qué te está pasando para que no seas capaz de verbalizar lo sucedido hasta que no coges un boli y los plasmas en un papel. No soy capaz de tener un diálogo interno tan real, tan transparente, tan verdadero, como el que tengo cuando lo escribo. Pero, ¿ahora que he conocido el amor? Pues pienso que no hace falta porque se va un segundo y también necesito expresar que soy súper feliz. Entonces creo que las dos vías son válidas, aunque es más fácil la primera. El siguiente poemario, que no puedo decir todavía nombre porque está en el aire pero va a molar mucho el nombre, tiene ambas partes. Existe un proceso de ruptura. Lo dejas, vives la soledad y el olvido y vuelves a encontrar a otra persona con la que no cambiarías ni una de las cosas que has pasado solo para llegar a eso.
El cuestionario de Victoria Ash:
- Un poeta: Neruda
- Un lugar para escribir: Mi casa
- Un libro: 43 Maneras de soltarse el pelo de Elvira Sastre
- Poesía es… nombre de mujer